Como recalca toda campaña de circulación, lo importante del viaje es llegar y, por mar, la situación no iba a ser distinta. Uno de los trayectos que con la llegada de los meses estivales suma un nutrido número de viajeros es el viaje al Parque Nacional Illas Atlánticas. Las Cíes, las Ons... Sus visitantes se cuentan por miles al igual que sus travesías, siempre sujetas a las inclemencias del mar. Y es que el medio que acerca las islas a puerto también puede suponer un peligro para el pasajero. Qué hacer y cómo actuar ante una eventualidad en mitad de la ría fue el título del simulacro de evacuación que llevó a cabo ayer una de las navieras encargadas de los viajes -Piratas de Nabia- con la ayuda de Capitanía Marítima.

En la actividad colaboraron un total de 125 estudiantes de la Escuela de Formación Profesional Marítima de Bueu y del Instituto Pesquero-Marítimo de Vigo, quienes vivieron de primera mano las "complicaciones" que puede conllevar un trayecto marítimo. "Son situaciones nada comunes, y más en tráfico de ría porque se solventa fácilmente, el puerto más próximo lo tienes muy cerca, pero bueno, un incidente puede darse en cualquier momento", afirma un portavoz de la naviera.

"Imagínate que el barco embarrancase con una roca o chocase contra otro barco y produjera una vía de agua muy grande. Siempre será el patrón el que de la orden de evacuar, tiene que darse una situación extrema ya que los barcos modernos están equipados con muchos sistemas de seguridad", aprecia el trabajador de Piratas de Nabia.

La señal que da pie a esta evacuación es simple: siete pitidos cortos y uno largo. Ante esto y tras recibir la orden del patrón, lo primero es armarse con uno de los múltiples chalecos salvavidas que porta y mantener la calma. "La embarcación cuenta con cuatro balsas salvavidas que se lanzan al agua desde lo alto del barco y se inflan. En este caso hemos empleado dos. Por uno de los costados del barco se coloca un tobogán similar al empleado en los aviones y se va evacuando al pasaje ya dispuestos con los chalecos", añade el coordinador de la iniciativa. Cuando el total de los 125 pasajeros más el personal de la naviera ya se encuentran en las balsas, son remolcados a puerto con una embarcación auxiliar.

Veinte minutos de protocolo

Si todo sale según lo previsto, la evacuación no debería exceder los veinte minutos. "Estas prácticas son un requisito que se pide desde Capitanía Marítima y el cual se realiza en todos los barcos nuevos. Nosotros lo vemos como una oportunidad para dar un buen servicio y formar a nuestro personal para que sepa cómo actuar ante cualquier circunstancia que pase a bordo. No hay que hacerlo de forma regular, sino solo en los barcos de nueva construcción", aclara.

Posteriormente al simulacro, los estudiantes asistieron a una charla informativa sobre los últimos hundimientos que tuvieron lugar en la ría de Vigo y Pontevedra. "Analizaron varios casos prácticos de errores en la evacuación para poder aprender y ver en qué se falló", sentencia el portavoz de la naviera.