La música contemporánea se inspira en las raíces de la cultura gallega y el alegre ritmo de la muiñeira para rendir homenaje a María Victoria Moreno y celebrar la creatividad de esta tierra. El compositor Miguel Matamoro (Vigo, 1991) estrenará su pieza "Dous folios que foron brancos" en el Concerto das Letras Galegas que la Real Filharmonía ofrecerá mañana en el Auditorio Afundación de Pontevedra.

El Consello da Cultura Galega, que organiza cada año este homenaje musical al protagonista del Día das Letras, se puso en contacto en octubre del año pasado con el músico vigués afincado en Madrid. "Me sorprendió muchísimo. Estoy absolutamente encantado de que una institución pública y de mi tierra me haya llamado. Para mí, que estreno poco por aquí, ha sido como un chute de alegría", celebraba ayer pocas horas antes de asistir a uno de los ensayos de la Filharmonía en Santiago.

Y es que las obras de Matamoro, que han sido estrenadas en San Sebastián, Madrid, París o Nueva York, solo han sido interpretadas en Galicia en "contadas ocasiones". Formado en Musikene, el Centro Superior de Música del País Vasco, y con un máster Katarina Gurska, el joven vigués conoció al director de la Filharmonía, Maximino Zumalave, hace algún tiempo y tuvo la oportunidad de mostrarle sus partituras. "Se ve que le gustaron y años después me han llamado", agradece.

En cuanto recibió el encargo, Matamoro se compró los libros de María Victoria Moreno en busca de inspiración, además de recibir una recopilación de su obra poética elaborada por el Consello da Cultura. Acabó decantándose por sendos poemas incluidos en Elexías da Luz y Dous folios que foron brancos, título que además decidió tomar prestado para su pieza musical.

"Me encantó porque es muy sugerente y además María Victoria Moreno dedicó este poemario a todos aquellos que quieren escribir, sobre todo, a los jóvenes. Y yo lo extiendo a la música, a todos los que quieren atreverse a hacer algo creativo. También me gustaría que esta pieza fuese mi aportación y mi dedicatoria a toda la gente de nuestra cultura y nuestra tierra que no siempre estamos valorados todo lo que deberíamos tanto aquí como fuera", destaca.

Su composición, de poco más de 4 minutos y tempo rápido, es una suerte de muiñeira del siglo XXI. "Me he esforzado mucho por tener muy claro que es lo que se me estaba pidiendo y a qué foro le estaba hablando. Es una pieza moderna pero nuestra cultura y nuestras raíces, que son lo que nos define, están presentes y el público las va a percibir porque es lo que tenía sentido en esta ocasión. Empieza al despiste, podría ser una obra contemporánea más, pero es una muiñeira que se va construyendo poco a poco. Una pieza festiva, de celebración", revela.

Lo cierto es que la identidad y el paisaje gallego están en todas las creaciones de Matamoro: "Son parte de mí y siempre suelo hacer alusiones al sonido de los faros o las sirenas de los barcos".

La pieza dedicada a María Victoria Moreno será interpretada por la Filharmonía y tres coros de distintas provincias y formará parte de un repertorio que incluye otras piezas de la cultura gallega. Sonará como una celebración, pero también como una reivindicación: "En esta tierra tenemos mucho que decir en música. Las orquestas gallegas son muy buenas, la Filharmonía, la Sinfónica, Vertixe Sonora... Tenemos una cultura de bandas muy rica y eso se nota, porque aquí se toca muy bien. Siempre que he trabajado con músicos gallegos me he ido muy contento y mis compañeros del País Vasco me dicen lo mismo. La tradición institucional es más joven pero espero que crezca mucho y muy bien".

Mañana, en el auditorio de Pontevedra, no faltarán sus familiares y amigos: "Están contentos y con muchas ganas de asistir al concierto. Muchos solo han escuchado mi música en conserva, en grabaciones". Y a través de estas líneas, Matamoro también ha querido desvelar una sorpresa: "La obra se la dedico especialmente a mi madre, Teresa. Ella me enseñó a enamorarme de la música y a hacer de ella mi vida. Y además también es poeta y me ha inculcado mucho amor por la poesía".

Su dedicatoria incluye además a su primera profesora en el Conservatorio Mayeusis, Juana Mora: "En este año en el que el Día das Letras está dedicado a una mujer y en el que todo lo femenino cobra mucha relevancia quiero reconocer a las dos mujeres gracias a las que tuve mi primer acercamiento a la música".