El gobierno local ha tardado tres días en elegir la fórmula para poder ejecutar al menos una parte de su proyecto estrella del mandato y sortear el veto de la Dirección Xeral de Patrimonio a las rampas mecánicas de Gran Vía. En las próximas semanas se volverá a licitar el proyecto pero solo el tramo comprendido desde María Berdiales a la calle Venezuela con la intención de evitar esos 20 metros de cautela que se establecen alrededor de los edificios catalogados del vial, que se concentran al principio y al final de la calle.

"Lo siento mucho pero Feijóo no va a parar las obras de Vigo", sentenció esta mañana Abel Caballero tras anunciar el camino que seguirá el concello para poder mejorar la movilidad en Gran Vía. El proyecto "no se toca", aclaró, lo que hará es impulsar la ejecución de tres fases centrales y dejar las otras tres, el primer tramo donde están Los Rederos, y los dos últimos antes de Los Caballos, para desarrollarlos "cuando consigamos desmontar las mentiras de Patrimonio".

Vigo seguirá defendiendo sus argumentos pero hasta que no se resuelva el expediente administrativo de Patrimonio irán avanzando en la mitad exacta del recorrido de las cintas transportadoras. El proyecto completo salió a licitación por 8,9 millones de euros y ahora habrá que calcular de nuevo el importe de las fases a ejecutar.