Sentirse Julio Verne por un día fue posible gracias a las rutas marítimas que recrearon el viaje del submarino capitaneado por Nemo por la ría de Vigo. Durante el fin de semana fueron 230 las personas que se subieron al oceanográfico bautizado con el mismo nombre y realizaron el trayecto que le llevó en su búsqueda de los tesoros de la batalla de Rande.

En total fueron cinco los recorridos en los que se explicaba los acontecimientos bélicos que derivaron en la obra y la excelsa productividad de las aguas de la ría. Gracias a un pequeño robot capaz de sumergirse hasta los 100 metros de profundidad y a sus imágenes, los visitantes pudieron contemplar la inmensidad del suelo marino y quien sabe si hallar alguna vieja reliquia o vestigio de tiempos pasados.