Una de las peculiaridades del invierno demográfico que hace "tiritar" desde hace años los censos de Galicia -y buena parte de España y Europa- es el aumento de la población de mayor edad. Vigo no se libra de esa tendencia y desde hace tiempo el colectivo de vecinos que supera los 65 años gana peso en la demografía local.

Las tablas que elabora el Instituto Galego de Estadística (IGE) aportan una imagen clara de ese escenario: hace una década, en 2007, los 11 municipios que integran la comarca olívica sumaba casi 66.200 habitantes que ya habían soplado las 65 velas, lo que equivalía al 16% de todo el padrón. El año pasado -últimos datos disponibles y que acaba de certificar el IGE- eran ya 85.500, el 20,6%.

A pesar de ese importante repunte, la comarca viguesa es de las que mejor sobrellevan el invierno demográfico en Galicia. Solo hay otras dos en las que el porcentaje de población en edad de jubilarse es menor. Son el área de Santiago de Compostela, donde los vecinos que pasan de los 65 años suponen el 19,3% del conjunto del censo; y O Morrazo, que registra una incidencia muy similar a la de la comarca olívica: el 19,9%.

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Las áreas que conforman el resto de ciudades de Galicia superan esas marcas. En el padrón de A Coruña, por ejemplo, los vecinos en edad de jubilarse suponen el 21,8%; en Pontevedra, el 21,6%; en Ourense, el 25,5%; en Lugo, el 22,8%; y en Ferrol, el 25,9%. O Morrazo no es el único punto del entorno de Vigo que recorta esos porcentajes. En el Condado se enmarcan en a la tercera edad el 20,8% de todo el censo, prácticamente como en los 11 municipios que conforman el área olívica para el IGE.

La incidencia de la población con más de 65 años en las principales urbes de Galicia queda en cualquier caso muy lejos de la que se detecta en otras latitudes de la geografía autonómica. En Terra de Caldelas -formada por los municipios de Castro Caldelas, Montederramo, Parada de Sil y A Teixeira- han pasado de la edad de jubilación casi 1.400 de sus poco más de 3.000 vecinos, lo que significa que están en esa franja el 45,4% del total, más del doble que en la comarca viguesa, en la que el IGE incluye Baiona, Fornelos de Montes, Gondomar, Mos, Nigrán, Pazos de Borbén, O Porriño, Redondela, Salceda de Caselas, Soutomaior y Vigo.

Terra de Caldelas no es en cualquier caso el único territorio de la comunidad autónoma en el que los vecinos en la tercera edad suponen más de un tercio. Hay al menos una veintena de comarcas en las que rondan también o superan ampliamente esa incidencia. En algún caso superan -al igual que en Terra de Caldelas- el 40%.

Vecinos más jóvenes

Al margen de que el peso de la tercera edad en el padrón local sea más bajo que en otros puntos de Galicia, el entorno de Vigo no se libra del invierno demográfico. Las tablas del IGE vuelven a dejarlo claro. Si a lo largo de la última década el número de vecinos que ya han cumplido los 65 años repuntó más de un 29%, el de los que no llegan aún a la treintena cayó un 16%.

En 2007 el IGE contabilizaba en el área 134.200 niños y jóvenes que aún no habían alcanzado los 30 años, 21.900 más que en 2017, cuando sumaban 112.300. En la práctica eso supone que durante la última década Vigo ganó casi tantos jubilados como jóvenes perdió. Los primeros suman hoy 19.300 más que hace diez años; los segundos son unos 21.900 menos.

Entre 2016 y 2017 la población en la comarca olívica se estancó, con un ligero saldo negativo de apenas 26 personas. Por el contrario, el área herculina ganó cerca de 1.100; Santiago de Compostela registró un pequeño repunte también, con unos 900 empadronados más; y Pontevedra pasó de 122.700 residentes a más de 124.600.