El Puerto de Vigo necesita con "urgencia" que los estibadores alcancen un acuerdo con las empresas para corregir esa desventaja competitiva, por los elevados costes de esta mano de obra y su inflexibilidad laboral, que lastra las posibilidades de retener a la navieras. Su presidente apeló ayer a la "cordura" de los sindicatos para aceptar cambios en sus condiciones sin esperar a los dos años que faltan para la liberalización total de su sector como así lo establece el Real Decreto que lo reformó aprobado el año pasado. Agotar ese plazo tendría unas consecuencias funestas para la terminal olívica, en particular en el tráfico de contenedores, más ahora que el resto de puertos gallegos decidieron finiquitar el monopolio que ostenta en sus muelles el poderoso colectivo de trabajadores. Enrique López Veiga ya no solo teme a la ofensiva lanzada desde la Ría de Pontevedra, "porque Marín compite ya con Vigo, pero dentro de poco, Ferrol también competirá con Vigo", advirtió.

"¿Qué más hace falta para demostrar lo que ya está ahí?". Una pregunta que indirectamente lanza el dirigente del portuario a los sindicatos de los estibadores a modo de repaso a los efectos de la competencia ejercida por Marín, por ejemplo, arrebatándole tráficos de Maersk, algo impensable hasta hace apenas dos años. Pero las opciones de Vigo a la hora de conservar a las navieras o captar otras se recortarán más "al quedarse como el único puerto gallego con estiba", subraya López Veiga. Como reveló FARO, las empresas de Marín ya decidieron subrogar a los diez estibadores de la plantilla y en breve disolverán la sociedad que los gestionaba (Sagep). Un camino que también seguirán, confirmó ayer Puertos del Estado, las Sagep de Ferrol, A Coruña y Cartagena.

Rodeado de terminales libres de estiba, Vigo se coloca en una situación muy vulnerable que Praza da Estrela observa con preocupación. "Y ojo, que ahora es Marín pero dentro de poco Ferrol también competirá con Vigo", avisa el dirigente portuario. En este sentido recuerda que parte de la viabilidad de la terminal de Caneliñas "pasaba por captar tráficos de Vigo". Operativa desde abril de 2017, la flamante terminal de contenedores ferrolana pertenece al grupo turco Yilport, concesionario de los muelles especializados en este tráfico en seis puertos lusos, entre ellos, Leixões. Todavía con una actividad menor, ya logró atraer a MacAndrews, una de las navieras que tuvo de "primera opción a Vigo", según fuentes consignatarias.

Ante el complicado futuro que se presenta para el puerto vigués, su presidente insiste en reclamar una reacción de los sindicatos. Sobre la mesa de la negociación continúa la propuesta de las empresas -lanzada en octubre- que pasa por una rebaja salarial del 15% para los 106 estibadores fijos y de un 45% para el medio centenar de eventuales. "A mí me dicen que empresas y sindicatos, aunque vayan lentos, están negociando. Y por lo que yo sé no andan muy lejos, así que espero que se llegue a un pacto local razonable porque es la única manera de hacer frente a esto", argumenta. En este sentido reiteró que "no se trata de cambiar a la gente, de prescindir de nadie, sino de cambiar el sistema y dar mayor libertad de acción a las empresas para que puedan aprovecharse y organizar el trabajo de acuerdo a los nuevos medios y materiales".

En paralelo, el dirigente portuario dice mantener "conversaciones" con Puertos del Estado con el objetivo de corregir la descompensación competitiva existente entre Vigo y Marín. Desde 2016 que López Veiga denunció ante el organismo presidido por Llorca su doble vara de medir al permitir en Marín una "liberalización de facto" en la prestación de servicios portuarios que a Vigo se le impedía apelando a una ley, en teoría, aplicable para todos. "Si al final se demuestra el detrimento en los tráficos de Vigo habrá que compensarlo de alguna manera. Es evidente que hay que buscar algún sistema para reequilibrar la competencia", zanjó.