Nueva inyección millonaria en la AP-9 a su paso por Santiago. Oídos sordos a la exigencia contundente y unánime de eliminar el peaje en Redondela. Fomento acaba de anunciar una nueva inyección de 27 millones de euros para aumentar la capacidad de la autopista a su paso por la urbe jubilar. Nueva porque esa cantidad se sumará a los 3,9 millones en los que se presupuestó el enlace de la AP-9 con la Cidade da Cultura y los 53,5 millones -IVA no incluido- a cambio de los que se adjudicó en enero de 2015 a las empresas Puentes y Calzadas y F. Gómez y Cía las obras de ampliación del vial en el tramo Santiago Norte-Santiago Sur. Hoy mismo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se trasladará a Compostela para inaugurar esta última infraestructura, que se construyó en paralelo a la ampliación de los accesos de la AP-9 en Vigo y el puente de Rande. Hace unos días Rajoy estuvo en la ría olívica precisamente para cortar la cinta inaugural de esa mejora, una exigencia histórica del área a la que se destinaron 130 millones.

La nueva inversión de 27 millones en Santiago permitirá construir el enlace orbital que enlazará la AP-9 con la A-54 y el aeropuerto de Lavacolla. Con esa infraestructura se saldará una petición de los empresarios de Santiago, ya que mejorará el acceso a los polígonos del Tambre, Costa Vella y A Sionlla. Una actitud bastante distinta mantiene el ministerio ante la reclamación unánime y contundente de empresarios, instituciones y vecinos de Vigo y Redondela para acabar con el peaje de la AP-9 en Redondela, canon totalmente anacrónico por dos razones: primera, porque es el único tramo de circunvalación urbana de la autopista que sigue penalizado por un peaje; segunda, porque asesta un duro golpe al puerto. Los transportistas que quieren mover mercancías entre los muelles de Guixar y la industria de Chapela o Teis se ven obligados así a atravesar el casco urbano -entorpeciendo el tráfico del centro- o recurrir a la AP-9 y pagar el gravoso peaje. Representantes de la industria y los transportistas ya han alertado de que la tasa "lastra" la competitividad del puerto.

El fin del peaje es una reclamación que se remonta años atrás y ha logrado concitar el apoyo de representantes del tejido empresarial de la provincia, los ayuntamientos de Vigo y Redondela, el Puerto, el arco político en su conjunto y los vecinos de ambos municipios. A pesar de esa unanimidad a la hora de exigir la gratuidad del tramo y de que el propio presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, llegó a cifrar en menos de dos millones de euros anuales acabar con esa tasa, la cabina de peaje de Redondela se mantiene sin cambios.

Durante una visita a Santiago el propio De la Serna evitó comprometerse con la supresión del gravamen. Su única promesa consistió en garantizar que -según dijo, a petición de Feijóo- examinaría la situación del canon de Redondela con "cariño" y que se abordaría en la comisión de la AP-9. En cualquier caso fue muy claro al asegurar que el único escenario que contempla su ministerio para suprimir o bonificar la tasa es repercutirla en el resto de peajes. La fórmula que se aplica en O Morrazo -cuyo peaje en la sombra costearon durante tiempo Xunta y Fomento y que ahora asume este último organismo en solitario- quedaría así totalmente descartada. "Peticiones de bonificación, tenemos una por cada localidad de las autopistas", llegó a alegar De la Serna.

Días después, durante la inauguración de los nuevos carriles exteriores de Rande, Rajoy anunció la próxima reunión entre Xunta y Fomento sobre la AP-9 para "tratar la bonificación del trayecto" entre Vigo y Redondela. En presencia del ministro, Feijóo recalcaba también la necesidad de afrontar en esa cumbre bilateral, entre el Ejecutivo gallego y Fomento, la "imprescindible reflexión" sobre la liberalización del tramo Vigo-Redondela.

La supresión del peaje no es la única reclamación de la ciudad, que urge también una mejora de la entrada de la AP-9 en Vigo y sus accesos en la Avenida de Buenos Aires. A pesar de que el vial es una de las entradas principales a la ciudad, necesita importantes adaptaciones. La más urgente es atajar el grave problema de ruidos que padecen los vecinos que viven cerca de la AP-9. Un informe de Fomento reconoce que el tramo es el que concentra un mayor problema de contaminación acústica de la red de carreteras concesionadas. A pesar de que el ministerio ya se ha dirigido a Audasa, todavía no se han instalado pantallas acústicas.