Ante el desplome de ventas por un otoño sin gota de lluvia, Black Friday. El también conocido como "Viernes Negro" se revela como el mejor antídoto para el comercio local. A pesar de que es una cita importada de EE UU, de que aún no goza de una tradición enraizada en Galicia y de que desde hace semanas ya se pueden ver en los escapares de las tiendas carteles con descuentos y promociones, el Black Friday ha dejado este año un jugoso balance en los negocios de la ciudad. Tanto, que a muchos comerciantes les ha ayudado a suavizar un noviembre muy flojo en venta de ropa de abrigo debido a la falta de lluvia. "El mes iba bajo y el Black Friday ayuda a salvarlo", explica Enrique Núñez, gerente de Centro Príncipe. Desde la Federación de Comerciantes de Vigo (Fecovi), su presidente, Víctor Fernández, apunta en una dirección similar: "Ayuda a paliar una campaña que está siendo horrible por el tiempo".

En lo que también coinciden ambos colectivos es que el Black Friday es ya una de las citas más rentables del año para el sector. Da el pistoletazo de salida a la campaña de Navidad, atrae a un buen número de clientes y -apunta Núñez- prácticamente no requiere de promoción debido a la fama y el impacto que ha logrado la cita en cuestión de solo unos años. El gerente de Centro Príncipe recuerda cómo el "Viernes Negro" ha ido adquiriendo fuerza año tras año hasta convertirse en un auténtico "bombazo". Los descuentos especiales se han extendido a toda la ciudad y muchos negocios optan incluso por ir más allá del viernes y prolongarlos varios días o incluso durante la semana.

Otro indicador positivo es que las ventas que deja el Black Friday crecen año tras año. Núñez estima que la caja de esta última edición ha repuntado cerca de un 10% con respecto a la de 2016, aunque reconoce que en algunos casos ese incremento fue mayor. "Alguna tienda incluyó refuerzos", ilustra el responsable de Centro Príncipe.

La facturación se disparó en comparación con la de un viernes normal. Aunque Núñez carece todavía de datos cerrados, asegura que el incremento puede rondar perfectamente el 60 o 70%. "Es uno de los días más importantes del año para el sector, junto a la víspera de Reyes", anota. La lluvia del viernes no ayudó a las ventas, pero no pudo empañar su éxito.

Desde Fecovi, Fernández calcula que la subida de ventas con respecto al año pasado ronda el 5%. "El mal tiempo que hubo ese día ralentizó un poco todo, pero el resultado fue parecido al del año pasado", explica el veterano vendedor, que además de la federación preside la Asociación de Comerciantes de Travesas. Solo durante el "Viernes Negro" considera que se alcanzó cerca del 20% de lo que estaba previsto despachar a lo largo de todo noviembre. Gracias a él el colectivo pudo suavizar una campaña de otoño que tilda de "horrible", en la que las ventas pincharon debido a la falta de lluvias y las temperaturas relativamente altas con las que arrancó la estación.