El párroco de Nuestra Señora del Rocío de Vigo, Santiago Vega, acaba de ser nombrado director del Museo Catedralicio de Tui. Licenciado en Bellas Artes y con un máster en Patrimonio Cultural de la Iglesia, releva en el cargo a Andrés Fuertes, que continuará ocupándose del Museo Diocesano.

"Todavía tengo que aterrizar, pero todo lo relacionado con el ámbito del patrimonio es algo que me interesa. Por el momento, solo conozco la colección por las visitas que he realizado y alguna actividad. Aunque no incluye un gran número de piezas sí tiene un valor", destaca el párroco.

El templo tudense acoge actualmente obras de remodelación para acoger tanto la colección del Museo Catedralicio como del Diocesano, que se trasladará desde sus actuales dependencias en la plaza de San Fernando de la misma localidad en cuanto terminen los trabajos.

"Habrá un reubicación de las piezas de ambos museos en los espacios de exposición que se están acondicionando pero cada colección mantendrá su identidad", apunta Santiago Vega.

El párroco señala que tanto el valor de sus colecciones como el de la propia catedral ya es bien conocido entre los expertos. "Es un lugar emblemático que no necesita muchas cartas de presentación. El Claustro tiene sus particularidades en el contexto gallego y su fachada la hermana con algunas de las grandes catedrales francesas del gótico y el románico", destaca.

El Museo Catedralicio incluye cálices, cetros procesionales y ornamentos sagrados. Entre las piezas más destacadas figuran un asiento realizado por el orfebre Juan de Nápoles Mudarra en 1602I y una imagen de madera policromada de la Virgen del Niño de entre finales del siglo XVI y principios del XV.

También incluye una sección arqueológica con piezas de excavaciones, así como del coro románico, sarcófagos medievales, laudas visigóticas o antiguas rejas de la Catedral de Santa María de Tui.

Pintor y fotógrafo

Santiago Vega, natural del municipio ourensano de A Rúa, fue ordenado sacerdote en Vigo en 1995. Además de ejercer como formador en el Seminario Mayor y en el Menor, entre otras responsabilidades, fue párroco durante más de una década en Nigrán, donde dejó una profunda huella, hasta que llegó a Coia en 2014.

Apasionado por el arte, dedica su tiempo libre a la pintura y más recientemente a la fotografía y ha realizado varias exposiciones. También mantienen su colaboración activa con el Instituto de Estudios Miñoranos.