Los aspirantes a una plaza en la Guardia Civil completaron cuatro pruebas durante toda la mañana. Con los tiempos medidos al milímetro desde Madrid, los opositores debían superar un examen de ortografía, otro de conocimientos y un tercero de idiomas. En este último existían las opciones de inglés y francés. Todos los concurrentes coinciden en que la parte más difícil es la relacionada con la legislación. "Te obliga a aprenderte muchas leyes y artículos y es sencillo equivocarte", reconoce uno de ellos. Tras un breve descanso, los asistentes tenían que completar un test psicotécnico.

Los opositores que superen la parte teórica de la oposición deberán enfrentarse a la parte física en septiembre. En total son cuatro disciplinas (correr un kilómetro en un tiempo determinado, un sprint de 50 metros, natación y flexiones) y todas ellas eliminatorias. Quien consiga progresar tan solo tendrá por delante una entrevista personal y un exhaustivo reconocimiento médico.