La radiografía de los casi 71.500 titulados por la UVigo en sus primeros 25 años de vida se condensa en el volumen presentado esta semana por Luis Espada y Víctor Manuel Martínez Cacharrón. En otoño verá la luz el segundo libro, que aborda su trayectoria profesional, y se pondrá en marcha el Observatorio de Egresados.
-Uno de los datos más llamativos del informe es el número de títulos. La UVigo se estrenó con 9 y en el último curso analizado, 2014-15, impartía 253.
- La cifra parece excesiva, pero todo se explica con la adaptación a Bolonia, que supone el mayor cambio en la universidad española desde que nació en el siglo XIII. Nunca se enfrentó a un proceso semejante. Se crean grados y másteres, profesionalizantes y académicos, para dar más competencias a las titulaciones, se implantan cursos puentes y se mantienen las antiguas diplomaturas y licenciaturas como títulos a extinguir. La carrera de Magisterio, por ejemplo, tiene trece títulos asociados durante el periodo analizado entre carreras y cursos puente. Y algo parecido ocurre con las ingenierías.
-Vigo tuvo que enfrentarse a semejante transformación siendo una institución veinteañera.
-Son circunstancias exteriores que condicionan, pero este curso ya se impartieron 112 títulos de los que 34 están en extinción. Poco a poco, se van sedimentando.
-En el caso de los másteres se registraron grandes oscilaciones. En el último curso estudiado se impartieron 53 tras haber desaparecido un total de 49.
-Nosotros hemos trabajado de forma objetivable y los datos son tozudos. Pero lo importante es la transparencia que nos permite reflexionar sobre ellos.
-¿Demuestran los datos que la Universidad ha sabido capear el temporal de Bolonia?
-Este primer libro es la foto del momento en el que acaban sus estudios, su ADN. El segundo abordará cómo les fue en la vida. La diferencia de España con respecto a un país como Finlandia es que allí consensuaron los contenidos de las materias en el Bachillerato y el plan de financiación a años vista y, gane quien gane, esto se mantiene. Esto implica una tranquilidad, mientras que aquí se han cambiado planes de estudio, el examen de selectividad... y las inversiones aumentan o disminuyen en función de quién gobierne. En sus comienzos, fue muy bueno para la Universidad de Vigo el plan de financiación que había aprobado Laxe y que Fraga mantuvo 6 años a rajatabla aunque no lo había hecho. Nos permitió hacer una planificación de que otra forma sería más compleja.
-¿En futuros estudios cambiarán datos como los referentes a la presencia minoritaria de la mujer en las ingenierías?
-No sé si cambiará mucho porque la evolución quinquenal en el ámbito tecnológico demuestra que en el primer periodo 89/95 había un 14,2% de alumnas y que el porcentaje subió hasta el 27,9% en 2010/15.
-Los titulados extranjeros solo suponen un 0,6%, ¿debería hacer más énfasis la Universidad en captar a foráneos?.
-En la presentación del libro el rector Salustiano Mato dijo que la Universidad debe cumplir una misión social y yo creo que debe ser así. Antes de que apareciese la institución, muchos vigueses tenían que marcharse a estudiar fuera. Ahora lo hacen en mucho menor número. Aproximadamente la mitad de los titulados son originarios de Vigo, Ourense y Pontevedra.
-Tras la gallega, las comunidades autónomas con más titulados por la Universidad de Vigo son la madrileña y el País Vasco, a pesar de que no son las más próximas.
-Vienen a cursar titulaciones que no tienen en su región, como Bellas Artes, Telecomunicación o Ciencias del Mar, o porque aquí les parecen mejores. Por ejemplo, el 16% de los titulados coruñeses hicieron Industriales, a pesar de que también se imparte en Ferrol, y después "Teleco". Los madrileños vinieron a cursar Ciencias del Mar, "Teleco" e Industriales, un tercio de los vascos también eligieron Ciencias del Mar, la misma carrera que el 20% de los titulados procedentes de Cataluña.
-Toda esta información es clave para que la Universidad se ajuste a las demandas sociales.
-Era un trabajo necesario, una universidad no puede ignorar qué pasa con sus alumnos. Los egresados han escrito muchas reflexiones profundas sobre su carrera y profesión que aparecerán en el segundo volumen. Demandan información anual sobre la Universidad y también conocerse entre ellos por ámbitos. Sobre todo, los que están fuera. Tenemos egresados en 67 países.
-El rector confía en que los 11.000 egresados con los que han contactado se conviertan en "embajadores".
-El Observatorio de Egresados comenzará a funcionar a principios de año. Todo el trabajo que hemos realizado en los últimos cuatro años para establecer este contacto que no existía supone el comienzo de un proceso irreversible. Ha sido de gran utilidad y cubre un vacío muy importante.
-Las universidades anglosajonas tienen muy claro la importancia de este feedback .
-Yo me doctoré en Manchester y sigo recibiendo todas las navidades un folleto sobre cómo va la universidad. Es una de las cosas que se tienen que hacer. Nosotros entregaremos unas fichas al Rectorado y al Consello Social, que serán los encargados de establecer un diálogo que todavía no existe.
