Povisa cuenta desde principios de año con un laboratorio más amplio, mejor distribuido y dotado con una nueva tecnología que ha mejorado la seguridad y triplicado su capacidad. Dentro del proceso de reforma en el que está inmerso el hospital, ha aglutinado los servicios de Análisis clínicos, Microbiología y Hematología y banco de sangre en una superficie más extensa en la sexta planta. Las nuevas instalaciones, además de garantizar la cobertura de futuros incrementos de actividad, también permitirá la incorporación de nuevas técnicas -como algunas de biología molecular- y que los profesionales puedan dedicar más tiempo a labores como la investigadora.

Estos tres servicios se ubicaban en la planta baja, distribuidos en "muchos recovecos", que dificultaban la comunicación y organización de unos profesionales que comparten ciertas máquinas. Ahora comparten un área restringida de alrededor de 430 metros cuadrados, donde antes había unos despachos. Es casi un 30% más de superficie que antes, según los cálculos del director de Servicios generales, Alfonso Pimentel. Además de ser más amplio, es más diáfano, polivalente y cómodo para sus profesionales.

Al cambio de ubicación se suma la incorporación de una cadena robotizada que permite automatizar la gran mayoría de las pruebas -el 85%-. Antes era un técnico se encargaba de destapar los tubos de las muestras, llevarlos a la máquina correspondiente -son cinco- para la prueba solicitada y volver a sellarlos. Ahora es este aparato de última generación el que hace estas labores, siguiendo las indicaciones del código de barras de cada bote. Con ello se evitan los errores y accidentes humanos; minimiza el riesgo biológico para los profesionales, al evitar el contacto con las muestras; y ahorra tiempo a los técnicos. La jefa de Análisis clínicos, Dolores Martínez, resalta que eso no supone que se necesite menos personal, ya que los técnicos deben encargarse de la supervisión del proceso. Pero sí les ahorra tiempo dedicado a "trabajo no cualificado" que pueden dedicar a la investigadora.

Estos laboratorios procesan al día entre 900 y 1.000 muestras y, en los picos, pueden llegar cerca de su anterior capacidad máxima, las 1.200. Ahora podrá procesar hasta 3.600. "Un enorme colchón de crecimiento" que el director asistencial de Povisa, Luis Geremías, no cree que lleguen a agotar. Además, el laboratorio incorpora otras mejoras como un sistema de alerta para vigilar que no varíen las temperaturas de las neveras de Hematología o el control informático total de en qué fase se encuentra el análisis -trazabilidad-.

El traslado, que se realizó el penúltimo fin de semana de febrero, supuso un "reto logístico", ya que en todo momento se mantuvo la actividad urgente, por lo que fue necesario duplica procesos y equipamientos.