Los robots invaden el campus universitario. Ayer, la Escuela de Ingeniería Industrial acogió a más de ochocientos alumnos de ESO, Bachillerato y ciclos formativos procedentes de toda Galicia que llenaron de androides las dependencias del recinto. La tercera edición de la Competición de Robots fue un éxito y las carreras, batallas y acrobacias de los autómatas sustituyeron a los apuntes de los estudiantes por unas horas. Un total de 172 equipos compitieron por los ansiados premios en dos categorías: Wall-E y R2D2. Muchos de los presentes aprovecharon la ocasión para conocer de cerca el que dentro de unos años se convertirá en su segundo hogar.
Con la misma puntualidad con la que arranca una carrera de Fórmula 1, los primeros competidores comenzaron su participación a las 10.45 horas. Primero lo hicieron los de la modalidad Wall-E, que a su vez se dividía en tres subdivisiones para que las edades fueran parejas en cada una de ellas. Los asistentes debían completar dos exigentes pruebas y los que lo hicieran en menos tiempo accederían a la final. La primera de ellas consistía en que los autómatas completasen un circuito sin salirse de la línea, mientras que en la segunda actuarían como barrenderos para expulsar de una circunferencia dibujada en el suelo dos latas de refresco.
Esas mismas pruebas también estaban programadas para los 17 equipos de R2D2. A mayores, estos androides debían superar un laberinto y enfrentarse a otro ejemplar en una batalla de sumo que despertó más de una carcajada entre los presentes.
Este proyecto, que nació como una oportunidad para acercar Industriales a los jóvenes, ya ha obtenido los primeros resultados. "En los dos últimos años hemos superado el número de alumnos matriculados, sobre todo en robótica", asegura Susana Míguez, organizadora del evento. Es la propia institución la que entrega los materiales a todos los centros educativos que se inscriben en la prueba.
Entre los robots había auténticos modelos. No solo importaba la velocidad. Tener un buen aspecto físico era igual de valioso. "Somos chicas y queremos reivindicar a nuestro género en esta competición. Por eso caracterizamos de rosa y con un lazo a nuestro androide", aseguran desde el equipo "Top Secret Roses", del IES do Castro de Vigo. En Industriales también destacaba "Casanovas 1", que para la ocasión escogió un modelo de Star Wars. "Ya que veníamos hasta aquí elegimos una imagen adecuada para el evento", explican los alumnos del IES Sofía Casanova de Ferrol. No eran los únicos. Los personajes de ficción fueron los más aplaudidos por los integrantes de los diferentes equipos.
Robótica en casa
Entre los competidores también había lazos de sangre. Dos hermanos mellizos del colegio Jaime Balmes de Noia comparten devoción por la robótica y, tras convencer a otros compañeros de clase, decidieron apuntarse a la cita. "A ambos nos gusta la informática y venimos encantados porque la experiencia es muy positiva", apuntan, restándole importancia al resultado final. "Nos quedamos en mitad de tabla pero nos vamos orgullosos de nuestro debut".
El nivel iba aumentando con el paso de los minutos. Los concurrentes en la categoría R2D2 demostraron sus amplios conocimientos en la materia con auténticos bólidos que, tras pequeños retoques, se transformaban en fornidos luchadores. "Es un trabajo muy duro porque exige muchas horas de pruebas y lo debes compaginar con tus estudios", explica Omar Cid, del equipo "Fluidsim", triunfador final.
Los ganadores de las diferentes categorías de Wall-E obtuvieron una cámara de acción y los de R2D2 recibieron un micro PC por parte de la Escuela de Ingeniería Industrial. La organización, más que satisfecha con la acogida del evento, no duda en que el año que viene volverán las competiciones a los entresijos del recinto en el campus.
Carlos, Alejandro, Diego y Pablo | Colexio Jaime Balmes (noia)
"Quedamos en mitad de tabla pero nos vamos orgullosos del debut"
Irene, Elena y Pablo | Sofía Casanova (Ferrol)
"Elegimos una imagen adecuada para el tipo de evento que es"
Berta, Elena, Lidia y Paula | IES do Castro
"Queremos reivindicar nuestro género en esta competición"
Omar, Hugo y Aitor | Montecastelo
"Es un trabajo muy duro porque exige muchas horas de pruebas"
