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Maersk deja en el aire la vuelta de los tráficos de Marín a Vigo al descartar otra subasta

La naviera barajaba una nueva subasta como la que perdió hace un año la terminal viguesa -Ahora negocia un contrato con Guixar que no cerrará hasta vencer en mayo su acuerdo con el puerto vecino

Página de FARO sobre la marcha de Maersk a Marín.

Al cumplirse un año de que trascendiera el resultado de la subasta de los tráficos de Maersk que ganó el puerto de Marín, el de Vigo alberga la esperanza de que la naviera renueve su apuesta por Guixar. Ya sea con el regreso de aquellas conexiones que perdió, manteniendo las actuales o incluso incorporando nuevas. Cualquiera de las tres alternativas serviría bien para aliviar o hasta curar la herida abierta que desde la polémica fuga de la armadora, aunque parcial, no ha parado de desangrar las estadísticas portuarias. Ambas opciones están ahora abiertas y sobre la mesa de la concesionaria de la terminal viguesa, Termavi, toda vez que la naviera ha descartado celebrar, en contra de lo barajado en un principio, una nueva puja de sus tráficos en el sur de Galicia. Ante la oportunidad de invertir la tendencia negativa que lastra mes a mes su volumen de contenedores, Termavi ha intensificado una negociación directa con la compañía danesa que esta se resiste a cerrar hasta que venza el próximo mayo su compromiso con Marín.

Cuando a principios de abril del año pasado confirmaba lo avanzado días antes por FARO sobre el traslado al puerto vecino de operaciones que hasta ese momento efectuaba en exclusiva en Vigo, la armadora nórdica aportó varias explicaciones respecto a la controvertida subasta. En la primera dejaba la puerta abierta a la segunda puja al decir que "en esta ocasión el ganador ha sido Marín, pero el proceso puede ser replicado en un futuro, puesto que es un procedimiento estándar y regular en la compañía" y hasta insistía en que "este no es un proceso irreversible". Mientras, en la segunda ponía el dedo en la principal llaga del puerto de Vigo instándole "a reconsiderar el nivel de costes en relación a sus competidores".

A partir de este momento es cuando tanto Termavi como la Autoridad Portuaria se proponen corregir esos fallos de competitividad que sacó a la luz la marcha de Maersk para que en caso de una nueva subasta contar con las mismas posibilidades que Marín. Claro que el máximo responsable del grupo al que pertenece Termavi, Eduardo Fernández-Davila, ya advirtió en septiembre que no participaría en una nueva puja si el único criterio eran las tarifas. "Sería ridículo, la perderíamos de antemano. Pero en medios es como comparar sardinas con cigalas", enfatizó al tiempo que emplazaba a la estiba a rebajar costes.

En ese abaratamiento de las operaciones centró sus esfuerzos la dirección de Termavi en todos estos meses. Como principal accionista de la Sociedad de Estiba (Sagep) convenció al resto de empresas de la necesidad de pactar con los trabajadores cambios en la actividad de carga y descarga para acabar con esa imagen de terminal cara y rígida que le colocó Maersk. En parte consiguió ese entendimiento con los trabajadores, aunque entonces, finales de diciembre, ya apremiado por la denuncia que el presidente del Puerto, Enrique López Veiga, presentó contra la Sagep ante la Comisión Nacional de la Competencia por la supuesta ilegalidad de los pactos con la Colla, origen, a su juicio, de las abultadas tarifas que se cobra en los muelles olívicos.

El acuerdo conocido como "mejoras de funcionamiento en los muelles comerciales" lleva estos cuatro meses pendiente de la firma. Y ahora, con la reforma de la estiba promovida por el Gobierno, todo apunta a que quedará en un cajón. "Una temeridad", sostienen fuentes del sector portuario. Porque independientemente del devenir de la reconversión de la estiba avisan que este incluirá un periodo transitorio por lo que el expediente abierto por Competencia que amenaza a sindicatos y empresas con una importante sanción "se resolverá tarde o temprano". "El acuerdo estuvo a punto de cerrarse y hasta parecía que Maersk estaba preparando su regreso a Vigo. Ahora todo está en cuarentena", lamentan.

Meses de contactos

Desde la naviera, pese a los requerimientos de este periódico a los responsables de sus operaciones en Algeciras -entre ellos, Carlos Arias, quien expuso personalmente a Enrique López Veiga las razones del traslado de buques a Marín- guardan silencio. Para las citadas fuentes "lo único positivo" es que Maersk ha renunciado a una subasta de tráficos por internet para volver al sistema tradicional, el de la negociación directa, y eso alienta su optimismo. "Lleva meses negociando con Termavi", subrayan esperanzados. Faltaría por saber si la armadora juega a dos bandas. Termarín, la concesionaria de la terminal de contenedores de Marín, lleva semanas con una difusión inédita de sus récords de movimientos de Teus. Como exhibiendo méritos ante la posible renovación de un contrato. En un mes se conocerá la decisión.

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