Las peñas del Celta demandan un acuerdo conjunto entre el club y el Concello que impida que el equipo se vaya a otro municipio colindante. La advertencia del presidente de la entidad, Carlos Mouriño, de buscar "todas las alternativas fuera de Vigo" provocó un shock entre los aficionados celestes, que no conciben un Celta alejado de la urbe olívica. "El equipo cumple este año 95 años de historia y todos ellos han sido en Vigo. No se entiende lo uno sin lo otro y ambas partes deben sentarse hasta llegar un acuerdo que garantice la continuidad del Celta aquí", señala Javier Vaz, de la peña Centolos Celestes. Para él, la posible creación de un nuevo estadio en otro municipio sería un "fracaso" de todos. "Hace falta voluntad para llegar a un acuerdo y parece que no la hay", añade.

En la misma línea se muestran el resto de agrupaciones que acuden a Balaídos en cada partido. No contemplan la opción de tener que desplazarse en el futuro a otro ayuntamiento para presenciar los partidos de su equipo. "Me parece muy bien que Mouriño se plante porque la situación que vive en la actualidad el Celta es denigrante. La reforma del estadio lo está dejando en nefastas condiciones y es lógico que el presidente se canse", comenta Cé Rodríguez, de la peña Lío en Río, que sin embargo entiende que la solución que plantea el máximo mandatario celeste "es la peor de todas". "Sería un desastre en todos los aspectos, pero sobre todo para los aficionados más jóvenes. El Celta ha conseguido enganchar a chicos de 15 y 16 años que van andando o en transporte urbano al estadio y que, si se marchan, no podrán hacerlo. Club y Concello tienen que lograr entenderse", advierte. Por su parte, la Federación de Peñas rehusó pronunciarse al entender que podía haber diversidad de opiniones entre las diferentes agrupaciones.

La actual reforma de Balaídos concilia a todas las peñas del conjunto vigués, que denuncian el mal estado de Tribuna, única grada remodelada hasta el momento. "El campo ahora mismo es una patraña", indica Álvaro Torras, de La Previa. "El cambio es malo en todos los sentidos y lo que es peor, nos obligaría a comernos un Balaídos vetusto en los próximos años", clama David Penelas, de Comando Celta, quien defiende el apego que los aficionados tienen a la actual hogar del Celta. "El actual estadio tiene su magia y eso lo perderíamos en otro lugar, pero está claro que la reforma no se está haciendo bien", comenta. "Nosotros queremos que el equipo se quede en Vigo pero esta reforma no es la que necesita. Entendemos la postura del club en ese aspecto", indica Christian García, de Preferencia Celeste, uno de los colectivos más perjudicados tras el cambio en la grada de Tribuna esta temporada.

Lucha de egos

Las peñas del Celta entienden que el acuerdo, aunque distante, todavía es posible. "Cada uno sigue con su pulso particular en la lucha de egos que mantienen -en relación a Mouriño y Caballero-, pero las dos partes están obligadas a llegar un acuerdo que garantice que Vigo siga contando con un equipo en la elite del fútbol español", apunta Torras. "Para mí la mejor solución era una concesión administrativa con la posibilidad de que el club pueda explotar la totalidad de las gradas", indica Rodríguez, quien pide que "el Concello explique las cosas". En la misma línea se muestra Penelas que califica de "necesario" que la negociación llegue a buen puerto.

En lo que también coinciden todos los colectivos consultados es que el momento elegido por el presidente del Celta para anunciar el posible cambio de ciudad no es el ideal. "Estamos a una semana de hacer historia y estas declaraciones podían esperar", indica García.