La Escuela de Ingeniería Industrial aúna excelencia e igualdad a partes iguales. Cada vez son más las alumnas que pasan por sus aulas y consiguen un puesto relevante en una gran empresa de cualquier rincón del mundo. Alicia Ferreiro es una de ellas. La actual responsable de logística de Arnoia Distribución de Libros impartió una charla en la que ofreció una visión femenina de la ingeniería en el acto de celebración de San José, patrón de la escuela". Cada vez somos más las mujeres que nos adentramos en Industriales y en mi familia lo hicimos por partida triple", recordó la ponente, egresada en el centro junto a sus dos hermanas.

Ferreiro rememoró su paso por la escuela y subrayó que nunca sintió distinción entre hombres y mujeres mientras estudiaba. Lo mismo le sucedió durante su etapa laboral, aunque si advirtió que "sí existen pequeñas características de nuestra personalidad que son puntos fuertes y valores a sumar a un equipo".

El acto estuvo marcado por un ambiente jovial en el que se recordó con emoción a José Antonio Vilán, convaleciente tras un accidente ciclista ocurrido en Oia hace un año y que no acudió a la ceremonia. El director del centro, Juan Pou, no perdió la ocasión de felicitar a docentes e investigadores por "el trabajo de altísimo nivel" incluso en tiempo de recortes. También agradeció la labor del personal de administración y servicios y puso en valor la sede de Torrecedeira. "Llevamos aquí desde 1901 y somos el germen de la Universidad en esta ciudad", apuntó.

Cinco profesores fueron distinguidos como los mejor valorados por sus alumnos. Uno de ellos, Ignacio Bajo, no pudo ocultar su emoción tras subir al escenario para recibir la insignia correspondiente. "Para cualquier docente es una gran satisfacción que tus estudiantes reconozcan tu labor. Todos tenemos años mejores y peores, pero hoy es un día para estar contentos", reconocía. Junto a él fueron agraciados Francisco Javier Deive, Francisco Javier de la Puente, Eugenio Ignacio Fuentes y Alejandro Pereira. La escuela también reconoció el trabajo del personal de administración y servicios de más antigüedad. "Nuestra función no es vistosa pero es un honor que se acuerden de nosotros durante la celebración de San José", comentaba José Luciano Otero, uno de los premiados.

La labor investigadora y de transferencia también obtuvo su distinción. Los grupos de Ingeniería Química 10 (EQ10), Applied Power Electronics Technology (APET), Aplicaciones Industriales de los Láseres (FA5), Nuevos Materiales (FA3), Grupo de Tecnología Energética (GTE) y el Centro de investigación en mecánica aplicada (CIMA) recibieron la gratificación de la escuela.

Jóvenes investigadores

Jesús Vence y Francisco Manuel Troncoso fueron los dos únicos jóvenes investigadores galardonados en el acto. Para ellos, la oportunidad de entrar a formar parte de la comunidad docente de la escuela es el alimento que les hace perseverar por su sueño. "Somos unos afortunados porque hoy en día es complicado dedicarte a la investigación con un soporte económico detrás", señala Troncoso, egresado en 2013 y que está desarrollando un trabajo de visión artificial para mejorar la eficiencia energética de las empresas.

Una decena de docentes recibieron la insignia que reconoce sus tres décadas en las aulas de la escuela. José Luis González y Alfonso Lago fueron los encargados de tomar la palabra para echar la vista atrás y recordar como ha cambiado el centro en este tiempo. "Dedicamos más de 25.000 horas a la transferencia de nuestro conocimiento a los cerca de 4000 titulados que salieron de la escuela", recordaba González. El profesor calcula que el impacto de esa formación recibida por los ingenieros "ha llegado a más de seis millones de personas".

Tras los reconocimientos y la tradicional foto de familia, tanto los premiados como la dirección de la escuela celebraron su tradicional comida de confraternidad, aplazado hace un año por el accidente sufrido por Vilán.