Dos obras de ampliación en la misma autopista: la AP-9. Comprometidas por la misma empresa: Audasa. Con idéntica tramitación administrativa: ambas se licitaron en mayo de 2014 y adjudicaron poco después, en enero de 2015. Con una fecha de inicio común: su primera piedra se colocó hace justo dos años. Pero con dos ritmos muy distintos. Mientras los trabajos en el puente de Rande acumulan un retraso notable, consecuencia de los meses durante los que Audasa mantuvo paralizada la obra, en un intento infructuoso por cambiar el proyecto; los trabajos de ampliación de la AP-9 en Santiago avanzan a buen ritmo y encaran su recta final. Tanto, que la concesionaria ya prevé acabarlos de forma inminente, entre mayo y junio.

En Santiago las obras permitirán ampliar varios carriles en un tramo de unos 8,5 kilómetros entre Santiago norte y sur, libre de peaje, que sirve de circunvalación a la ciudad. El proyecto de ampliación se licitó en mayo de 2014 por 84,6 millones -más IVA- y un plazo de ejecución de 30 meses. La adjudicación se anunció meses después, en enero de 2015. La UTE formada por Grupo Puentes y Francisco Gómez y Cía se hizo con el contrato con un presupuesto de 64,7 millones y un plazo para finalizar las obras de 21 meses. Si se toma como fecha de inicio marzo de 2015 -el acto institucional con la colocación de la primera piedra se celebró el 27 de febrero-, ese período se cumplió a principios de 2017. La previsión que maneja Audasa pasa por hacerlo en breve, antes de que arranque el verano.

Bien distinto es lo que ocurre en Rande. Su contrato también se adjudicó en enero de 2015 y las obras empezaron -al menos de forma institucional- a finales de febrero, aunque en este caso el presupuesto ascendía a 130 millones y el plazo de ejecución era de 23 meses que se cumplen en abril. Sin embargo ese calendario está muy lejos de cumplirse. Los trabajos acumulan un retraso evidente y la propia Audasa ha trasladado ya a Fomento que no tendrá lista la ampliación del puente antes de agosto, lo que ya excede en cuatro meses la fecha pactada.

Y tampoco hay garantías de que la obra finalice ese mes. A pesar de que en los últimos años Fomento ha reiterado que la ampliación debía acabar en abril de 2017, desde el ministerio se reconoce ahora que el convenio suscrito en 2011 entre el Gobierno -entonces con José Blanco al frente de esa cartera- y Audasa preveía 36 meses para ejecutar las obras, con lo que la concesionaria dispone todavía de un plazo que no se consume hasta casi dentro de un año, en febrero de 2018.

El convenio al que alude Fomento contempla tanto las obras de Rande como las de Santiago -incluido el enlace de Sigüeiro, que también se prevé finalizar en mayo- y para ambos casos habla de 36 meses. El contrato se suscribió a raíz de las reclamaciones históricas de la comarca viguesa para ampliar Rande, con lo que se pretenden evitar los frecuentes atascos en el viaducto. En el mismo convenio se incluyó a Santiago. En 2015, cuando se iniciaron los trabajos, circulaban por el tramo compostelano unos 34.000 coches diarios. En Vigo eran casi 55.000 y se rozaban los 64.000 en verano.