Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

I+D para el viñedo gallego del futuro

Un estudio realizado en la Universidad determina los efectos del riego y las coberturas vegetales en la calidad de caldos elaborados con las variedades típicas de la comunidad

Yolanda Bouzas, en el laboratorio de la Estación de Leiro.

La gran mayoría de viñedos gallegos son de secano y las calles entre las vides suelen estar aradas y yermas, pero una tesis demuestra que el regadío y las coberturas vegetales, dependiendo de las condiciones del suelo y el clima de cada zona, pueden ser beneficiosas para la calidad de los vinos gallegos, más aún teniendo en cuenta los efectos del cambio climático. Yolanda Bouzas estudió entre 2012 y 2016 la influencia de estas técnicas novedosas en 4 variedades de nuestra comunidad -albariño, godello, treixadura y mencía- y en 4 de las 5 denominaciones de origen -O Ribeiro, Rías Baixas, Valdeorras y Monterrei-.

Esta ingeniera técnica agrícola con un máster en Ciencia y Tecnología de Alimentos por la Universidad de Vigo, desarrolló todos sus análisis en la Estación de Viticultura y Enología de Galicia (Evega), ubicada en el municipio ourensano de Leiro, gracias a una beca del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).

Trabajó con mostos y vinos elaborados a partir de las tres cosechas recogidas en cada una de las denominaciones. En el caso de O Ribeiro utilizó las parcelas de la propia Evega y también contó con experimentos en fincas de O Rosal (Rías Baixas), la zona de O Gargalo (Monterrei) y en A Rúa (Valdeorras).

La investigación tenía como objetivo analizar la influencia del tipo de riego y la cobertura de los viñedos en la presencia de aminoácidos y compuestos volátiles, así como en el color del vino. Su trabajo está codirigido por Elena Falqué, profesora de la Facultad de Ciencias de Ourense, Ignacio Orriols, exdirector de la Evega, y José Manuel Mirás, que coordinó el proyecto del INIA dentro del que Bouzas desarrolló su investigación.

La ingeniera comparó los efectos en la calidad de los caldos de las plantaciones de secano, que en Galicia suponen casi el 98%, frente a las que tenían riego por goteo aéreo -a 40 centímetros de la planta- y subterráneo -40 centímetros por debajo del suelo-.

"Con tratamiento de riego, la tendencia es que los vinos tengan menor grado alcohólico y una acidez más alta porque la uva tarda un poco más en madurar. La decisión depende de lo que pretenda el viticultor y de la zona. En Monterrei y Valdeorras, por ejemplo, los suelos son más arenosos y la pérdida de agua es mayor por lo que se aconseja regar. En Rías Baixas, sin embargo, el clima es más húmedo pero la acidez es lo que caracteriza al albariño. Las diferencias entre las distintas denominaciones dependen de las condiciones climáticas y del tipo de suelo. Un albariño plantado en Rías Baixas no es igual que en O Ribeiro", explica.

La decisión final, por tanto, debe tener en consideración muchas variables: "Durante el estudio, los volúmenes de agua que metíamos en el viñedo eran diferentes cada año. Antes de regar, se tomaban muchas medidas en los meses previos para conocer el potencial hídrico de las plantas y se tenían en cuenta los datos de las estaciones climáticas de las diferentes zonas. También hay que considerar que debido al cambio climático vivimos más fenómenos extremos que obligan a tomar medidas y el riego puede ser recomendable".

Y en cuanto a las coberturas de las parcelas, Bouzas comparó un tratamiento de laboreo -calles limpias- con tres cubiertas: de raigrás, una planta forrajera, de trébol y una tercera en la que se dejaron crecer diferentes especies de manera espontánea..

"La tradición en Galicia es dejar las calles aradas al descubierto pero las cubiertas son recomendables, sobre todo, por el exceso de vigor. Debido a que aquí suele llover mucho, la planta se centra en hacer crecer su parte vegetativa en lugar del fruto. Pero si existen cubiertas, la vid tiene que competir con otras plantas por los nutrientes del suelo y entonces desarrolla menos hoja, lo que favorece la maduración del fruto. Llegan más nutrientes al racimo y está más expuesto al sol", destaca.

Más aminoácidos

Sus análisis revelaron un contenido mayor de aminoácidos, que actúan como precursores de los aromas, en vinos y mostos procedentes de viñedos con coberturas de raigrás y laboreo. "Y en cuanto al color, hay más aporte en el caso de las plantaciones con cubiertas vegetales", añade.

Además, la concentración de terpenos libres, que están relacionados con los aromas que aportan las notas florales, es ligeramente mayor en los caldos vinculados a viñedos con coberturas de raigrás y trébol.

La investigación también incluyó catas de vino realizadas por expertos en la Evega y por consumidores en la Escuela Politécnica del campus de Lugo: "En general, los vinos de cubiertas vegetales fueron los mejor puntuados. Y, en relación al riego, los resultados oscilaban mucho según la variedad de uva y la añada. Por ejemplo, en 2012, que fue un año muy lluvioso y la uva no maduró bien, se valoró mejor el albariño de secano, pero en 2013 los expertos prefirieron el de riego. Además hay que tener en cuenta que en bodega no se corregía ni la acidez ni la graduación para poder estudiar los efectos de las distintas técnicas".

"Son resultados aplicables a la realidad de las bodegas, lo que motiva mucho más"

  • Tanto el riego por goteo como las coberturas vegetales son técnicas todavía poco utilizadas en los viñedos gallegos, de ahí que la Estación de Viticultura y Enología de Galicia, dependiente de la Consellería de Medio Rural, impulse investigaciones como la de Yolanda Bouzas. Sus resultados han dado lugar a varias publicaciones científicas y se han presentado en varios congresos de España y Alemania."Uno de los papeles fundamentales de la Evega es realizar estudios para orientar y asesorar al viticultor. Otras investigaciones se realizan a escala piloto, pero nosotros cosechamos e hicimos vino de tres añadas, además de recoger medidas en el campo, por lo que los resultados son aplicables a la realidad de las bodegas. Esto es algo que te motiva mucho más", reconoce la ingeniera ourensana.Bouzas ya había realizado prácticas en la Evega tras acabar la carrera y se muestra entusiasmada con el mundo de la viticultora. Por ello, aunque prepara oposiciones como ingeniera agrícola, estaría encantada de trabajar para una bodega: "El mundo del vino es muy amplio e interesante".

Compartir el artículo

stats