Vigo fue la primera ciudad española en integrar aerogeneradores en la red municipal de alumbrado que representan el 20 por ciento de la energía total que se consume en las zonas donde están instalados. El primero fue el del parque Josefa Alonso, en la parroquia de Matamá. Con doce metros de altura, se inauguró en marzo de 2011 y ofrece una energía limpia anual de 5,5 kw/hora, la cuarta parte de las necesidades eléctricas de la calle Manuel Cominges y una reducción de 3.600 kilogramos de CO2 anuales. Fue un regalo de la empresa Sonkyo Energy y el Concello asumió el gasto de su instalación, que fue de 10.000 euros.Los restantes se instalaron tras la firma de un convenio con Faimevi, la agencia de energía de Vigo.

Se trata de un molino que arranca con una velocidad de viento de 3 metros por segundo y en el caso de no haber suficiente entra de forma automática el servicio eléctrico habitual. Se trata del mismo sistema implantado posteriormente en Samil, O Vao, y la entrada al Parque Tecnológico y Logístico de Valladares por lo que son cuatro los miniaerogeneradores instalados en la ciudad, que suman un ahorro anual de 3.060 euros y producen entre 3.500 kw/h anuales -el de Valladares- y 6.600, en el caso del instalado en el complejo deportivo de Samil. Todos ellos cuentan con una potencia instalada de 3,5 kilovatios.

Los cuatro aerogeneradores suman una producción anual de 21.600 kw/hora, una cantidad que sumada a los 78.903,71 kw/h que producen los 365 paneles fotovoltaicos municipales equivale al consumo medio anual de unas treinta familias.