Las evidencias de que el Puerto de Vigo retrocede en volumen de mercancías ya las reconoció su presidente al término del último consejo de administración calificando la tendencia de "preocupante", pero la estadística divulgada ayer por Puertos del Estado con el balance de todas las terminales españolas arroja nuevos datos que hasta justificarían la incertidumbre de los operadores vigueses sobre el devenir de su terminal. Solo en el apartado de mercancías en contenedor, el desplome en octubre alcanza el 15,7%, con 35.503 toneladas menos (el equivalente a 1.200 depósitos).

A causa de esta abultada caída, en el acumulado del año Vigo anota un 0,63% menos. Más que relevante resulta significativo al convertirse en el primer negativo del año en este apartado. En estos depósitos viajan todos esos productos de alto valor añadido como granito elaborado, pesca congelada, conservas, madera..., y buena parte de la materia prima que nutre a la potente industria transformada de Vigo y su área. Carga en su mayoría seca, y la principal naviera que gestiona los contenedores que la transportaba en Guixar decidió el pasado agosto centralizarla en Marín, dejando en Vigo sólo para depósitos de perecederos, como la mencionada pesca.

En el desvío de estos tráficos de la naviera danesa al puerto vecino podría residir la clave de su espectacular crecimiento en carga contenerizada y de que se haya desplomado en Vigo. El pasado mes, Marín aumentó 42.288 toneladas en ese apartado y crece ya un 125%. Pero la resurrección de la terminal marinense no se produjo de repente.

Comenzó a fraguarse en mayo, cuando Maersk desembarca en el puerto vecino y recorta líneas en Guixar. Un mes antes lo que llegaba o salía de Marín en contenedor estaba en caída libre, con un descenso en el acumulado del año superior al 4%. Si embargo, Vigo seguía aumentando las mercancías en contenedor, con 15.000 toneladas más respecto a abril de 2015.

En la comparecencia donde López Veiga reconoció su preocupación por los datos relativos al movimiento de contenedores también apuntó otra causa que agravaría la tendencia: el desvío de mercancías a Leixões por las trabas del Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) de Guixar. Los datos que maneja el presidente coinciden con los avanzados por los armadores al cifrar en 50.000 toneladas al año las que entran por Portugal con destino final Vigo y su área.