Ni puerto refugio o inoperativo con mal tiempo. La paupérrima actividad registrada durante estos días ha vuelto a poner en evidencia la funcionalidad del puerto exterior de A Coruña. Porque o bien no sirve de abrigo a los buques, el cometido teórico que justificó la inversión camino de los 1.000 millones de euros, o los capitanes que lo tengan como destino prefieran evitarlo cuando sople el viento con fuerza. Los registros de tráfico durante el primer temporal del otoño constatan una realidad inapelable: al Norte, la dársena coruñesa vacía de barcos; al sur, los muelles vigueses a pleno rendimiento.

Para los operadores vigueses no hay nada de excepcional en una jornada como la de ayer. La terminal Ro-Ro, con cuatro buques; la de contenedores, tres. Durante toda la jornada, los remolcadores y prácticos de Vigo salieron y entraron del puerto sin más contratiempos que el de aguantar las embestidas de oleaje, de la lluvia y del frío. En cambio sus compañeros de A Coruña permanecieron de brazos cruzados esperando la llegada de barcos que atender. Pero no apareció ni uno.

Al menos a Langosteira no arribó ningún buque desde que el sábado comenzó a golpear el primer temporal del otoño. Algo que no sucede de forma tan inusual como pretenden hacer ver los promotores de esta faraónica explanada en sus viajes al exterior para atraer a las grandes armadores. Esa imagen del puerto exterior coruñés con la línea de atraque desértica ocurre con bastante frecuencia y precisamente durante los vendavales.

En los muelles interiores herculinos la actividad también fue mínima. En algún momento hasta cerraron al tráfico ante el violento movimiento de la mar. Tanto es así que algún oficial abortó el atraque y optó por fondear en la ría de Ares a la espera de que amainase el tiempo.

Otros capitanes, viendo el escenario que podrían encontrarse en A Coruña, decidieron parar en aguas más abrigadas, como las de Vigo. Así el fondeadero de Cíes registró este fin de semana el primer lleno de mercantes de la temporada. De la noche del viernes al sábado por la tarde se concentraron frente a Rodas hasta diez. No es ni mucho menos la mayor flota reunida en estas aguas durante un temporal. Oficialmente Capitanía Marítima tiene fijados 12 puntos de fondeo de emergencia frente al archipiélago, lo que ya da una idea de la demanda de esta zona. Para los expertos en la localización de Vigo reside la principal ventaja competitiva de su puerto. Aseguran que no hay muchos en la fachada atlántica que puedan presumir de operar los 365 días del año. Empezando por Langosteira.