Mochila, estuches, bolígrafos, folios, libros de texto y algún archivador. Este podría ser el material de cualquier joven estudiante. Nada más lejos de la realidad. Cada semana más de un centenar de vigueses, adultos y jubilados, acuden a clases de Matemáticas, Lengua, Inglés, Informática o Ciencias.

La Asociación de Mujeres Progresistas consiguió a principios del mes de octubre la adjudicación bianual del programa municipal de educación básica de personas adultas. Desde entonces se encarga de gestionar que todos los mayores que acuden a las diferentes instalaciones que tienen repartidas por toda la ciudad adquieran los conocimientos esenciales para poder desenvolverse en su día a día. "Estamos muy contentos de poder ayudar a todas estas personas. Ver su sonrisa es la mejor respuesta que podemos obtener", explica Montse Lamas desde la asociación.

Buena parte de estos alumnos son personas jubiladas que acuden a sus clases con la ilusión de un niño . "Para todos nosotros el peor momento llega en verano porque no podemos venir", explica Nila Cao, que lleva tres años asistiendo semanalmente al Centro Cívico de Teis. Más veteranas son Consuelo Pérez e Isabel Medrano, que tras conocerse en las aulas ya son inseparables. "Nos lo pasamos muy bien y es una forma muy buena de hacer amigos", apunta la primera. "Las horas que estamos juntas aquí las multiplicamos fuera", añade la segunda.

Al centro de la parroquia olívica acuden semanalmente 22 alumnas. Y es que las mujeres son el genero predominante de estos cursos. De los 170 estudiantes matriculados este año tan solo hay 10 varones. "Ellas tienen más inquietudes que los hombres", asegura Lamas.

Como le ocurre a cualquier escolar en su día a día, para los adultos y jubilados también hay unas asignaturas más complicadas que otras. "Los números se me dan muy mal, pero soy muy buena en Lengua", aclara Gloria Cartea. "Me gustan mucho las Matemáticas y casi nada el Inglés", bromea Francisca Álvarez.

Todos sus ejercicios los prepara Susana Caballero, que imparte las diferentes asignaturas que reciben los alumnos en dos centros de la ciudad. La profesora destaca la gran voluntad de todos sus estudiantes. "Es más fácil darles clase a ellos que a muchos jóvenes", advierte Caballero, quien añade que todos son "muy educados" y están "muy predispuestos a aprender".

La maestra explica cual es la finalidad de sus lecciones. "Queremos que no olviden lo que ya saben y si es posible que aprendan cosas nuevas", señala la profesora. Entre sus decenas de alumnos destaca a una mujer de 94 años de edad "que no se salta una clase" y a otra de 80 años que "sabe más informática que todos nosotros", bromea.

Además de la propia formación en el aula, los estudiantes disfrutan de actividades extraescolares como excursiones, actividades culturales, visitas a instituciones, conferencias o marchas urbanas. "Todo lo que nos mandan hacer nos obliga a salir de casa, y muchas de nosotras es lo que necesitamos", comenta Medrano.

Mañana, tras disfrutar del puente de Todos los Santos, estos atípicos estudiantes volverán a coger sus mochilas para reunirse con sus compañeros de clase y realizar comentarios de texto, aprender nuevo vocabulario en inglés o desarrollar problemas matemáticos. Y lo harán como solo ellos saben, con la ilusión de un joven que pisa por primera vez las aulas.