El Náutico entra en concurso de acreedores. Tras meses de negociaciones y citarse con Concello, Puerto, Abanca, la Agencia Tributaria o la Seguridad Social y tras haber presentado el preconcurso a principios de julio, el club decidió el martes por la tarde solicitar la entrada en esta nueva fase. La razón fundamental es la deuda de 5,1 millones de euros que larva la salud financiera de un club que, en su día a día y tras severos ajustes, sí ha logrado ajustar sus capítulos anuales de ingresos y gastos. De hecho -recalcó ayer la directiva que encabeza Justo González Ballesta- 2016 se cerrará en positivo por primera vez "en más de 20 años". "El Náutico es ahora un club totalmente viable y tiene futuro" -subrayó su responsable en varias ocasiones- "Pero desde hace dos décadas acumula deuda e intereses y queremos resolverlo de una forma definitiva".

Ese mensaje, el del "optimismo" y tranquilidad, lo reiteraron ayer una y otra vez los directivos del Náutico. En primer lugar remarcaron que es una decisión meditada, que se adoptó casi inmediatamente después de tomar las riendas de la sociedad y se enmarca en un cronograma bien definido. En segundo lugar, explicaron que el club se acoge al concurso tras "tener negociaciones en lo referido a porcentajes de pago y plazos" con sus acreedores.

Aunque la directiva solo habla de "negociaciones", sí da a entender que la entrada en concurso se produciría tras lograr un preacuerdo con, al menos, una parte de sus acreedores. "Lo único que podemos decir es que hay muy buenas perspectivas. Presentamos un plan de vialidad que incluye presupuestos entre 2017 y 2019 y que, en principio, aceptan como válido", anotó Rafael Tapias, responsable económico del Náutico: "Le dan la credibilidad suficiente como para que, partiendo de ese presupuesto y plan de vialidad, llegar a acuerdos".

Ballesta incluso fue más allá y apuntó que si en el pasado el club se vio abocado a iniciar el trámite concursal por "necesidad", a día de hoy ese estado responde más a los "intereses del propio club". "Nos interesa estar en esta fase", deslizó el presidente sin concretar nada más ni aportar el menor detalle.

Sí se desvelaron algunos de los planteamientos que tiene el Náutico sobre la mesa. Durante el concurso se negociarán con los acreedores aplazamientos de deuda -que podrían ser de cinco años, según se avanzó ayer desde As Avenidas- y quitas que el Náutico plantea que se sitúen por encima del 50%. La legislación establece que para lograr ese porcentaje es necesario pactarlo con las dos terceras partes de los acreedores con deuda no privilegiada -de este tipo sería la de las instituciones públicas y una parte de la que ostenta Abanca-. El principal acreedor del club es esta entidad financiera, a la que se deben más de dos millones. A mayores la sociedad quiere trazar un "plan estratégico" que despeje su futuro para una década.

También descartó la directiva afrontar un proceso con "medidas traumáticas" y descartó ajustes en la plantilla, que tras experimentar varias bajas por jubilación suma a día de hoy 68 personas. Ballesta recordó además que tampoco se ha optado por la subida de cuotas o una derrama. Si fallase ese plan, el club dispone de una "opción B", que da casi por seguro que no habrá que activar y que implicaría "más sacrificios".

En total la mora del Náutico roza los 5,1 millones de euros. De ellos 3,8 millones se adeudarían a terceros y 1,3 a su propia S.A., de ahí las diferencias con los datos que se aportaron en el balance de mayo (3,5 millones). El desplome de socios y las dificultades para comercializar las marinas deportivas de A Laxe y As Avenidas son las claves que explican ese prolongado período en números rojos. Tapias concretó ayer que esos 5 millones de débito podrían oscilar ligeramente, ya que la entidad está negociando la validez de una factura y también dirime en los juzgados la reclamación de otra que asciende a un máximo de 180.000 euros.

Objetivo: salir antes de 2017

Al entrar en concurso tras haber avanzado ya en la "negociación" con los acreedores, la directiva confía en que el proceso sea rápido. "Como objetivo tenemos acabar el ejercicio 2016 fuera del concurso, pero todo depende de cuándo firmemos los acuerdos definitivos. El club pretende hacer el ejercicio presupuestario 2017 con las cifras exactas de deuda", explicó el directivo. Desde el equipo rector no se marcan plazos para salir del concurso.

Para informar a los socios sobre la situación del club y solucionar sus dudas, la directiva ha convocado una asamblea extraordinaria para el lunes 31 de octubre. Durante esa cita el equipo de Ballesta buscará el apoyo de los afiliados, a los que pedirán que se les "autorice" a negociar y firmar las operaciones financieras necesarias. Habrá otro punto del día relevante: la "subsanación" de las cuentas del año 2015.

Tapias explica que la auditoria que acaban de realizar sobre las cuentas de ese año apunta una diferencia de 100.000 euros. Esa cantidad -apunta, sin embargo- no esconde "sorpresas" ni descubrimientos inesperados. Se debe únicamente a "un concepto del auditor", que considera que debe incluirse en ese ejercicio "una deuda muy anterior".

La directiva también se esforzó ayer por dejar claro que el club es "viable" y que la salud de sus cuentas anuales nada tiene que ver con su capítulo de deuda. Así, Tapias avanzó que tras "más de 20 años perdiendo dinero sistemáticamente" la entidad espera cerrar 2016 "con beneficios". Muy diferente es la situación de sus 5,1 millones de débito, una cantidad "inasumible", ya que "prácticamente todos" vencían a corto plazo. Antes de que acabe el año el Náutico tendría que hacer frente a facturas que suman en total más de un millón de euros.

Más allá de ese horizonte Tapias explicó que el club está mejor preparado que otros del entorno para encarar el futuro, ya que recibe ingresos de sus actividades deportivas e instalaciones, no solo de una masa social que -reconoció- merma rápido. En la primera mitad del año hubo 250 bajas, si bien disfrutan del club 5.000 personas.