Un tercio del gasto en instalaciones como muelles, diques y espigones en puertos de la Unión Europea entre 2000 y 2013 fue "ineficaz e insostenible". Así lo refleja el Tribunal de Cuentas Europeo en su auditoría. Del dinero gastado en los 37 proyectos nuevos examinados -al margen de los sometidos a revisión como el de Langosteira-, 194 millones se destinaron a obras que duplicaban instalaciones cercanas; y se invirtieron 97 millones "en infraestructuras que no se utilizan o están considerablemente infrautilizadas más de tres años después de que terminasen los trabajos".

Los auditores señalan, en el contundente informe, que las estrategias a largo plazo no ofrecen una base sólida y coherente para planificar la capacidad necesaria en los puertos. "Ni la UE ni los Estados miembros tenían una visión estratégica de conjunto de qué puertos necesitaban financiación y para qué", sostienen.

Oskar Herics, miembro ponente del equipo responsable del informe, advierte de que "existe un elevado riesgo de despilfarro de los importes invertidos". En conjunto, señala el tribunal, esta situación afecta a casi 400 millones de inversiones evaluadas.

El examen detectó sobrecostes de 139 millones, y diecinueve de los treinta proyectos completados sufrieron retrasos de hasta el 136% de las previsiones iniciales. Las siete actuaciones restantes, con 524 millones de financiación de la UE, no se habían finalizado en el momento de la auditoría.

Europa cuenta con más de 1.200 puertos marítimos comerciales y entre 2000 y 2013 la UE invirtió 6.800 millones de sus presupuestos en infraestructuras portuarias. A esta cifra se unen otros 10.100 millones en préstamos del Banco Europeo de Inversiones. "La coordinación entre la Comisión Europea y el banco sobre la financiación no funcionó adecuadamente", denuncian los autores de la auditoría.

Además, el trabajo advierte de que en catorce de los puertos examinados se observó la inexistencia o falta de idoneidad de muchos enlaces con el interior, como conexiones viarias y ferroviarias, lo que obligará a "más financiación pública para que las infraestructuras funcionen de forma adecuada".

Por otra parte, el examen del tribunal europeo alerta de que existe riesgo de que la Comisión haya "sobreestimado" la capacidad portuaria necesaria. En 2013 calculó que el promedio de utilización de la capacidad de todos los puertos de la UE era de aproximadamente el 90% y existe un riesgo de congestión, pero el Tribunal contrapone que la OCDE hizo una evaluación de las futuras necesidades más baja.