Esta trabajadora tuvo que enfrentarse hace un par de jornadas a un robo en su establecimiento a última hora del día. "Estaba cerrando la tienda y sacando unas cajas con productos que tenía para reciclar. Las dejé en la misma puerta, en la entrada y fui a por más. Cuando me asomé vi a dos personas, no muy jóvenes revolviendo en las cajas. Fui a decirles que dejaran todo sin embargo aún me contestaron bruscamente y se fueron. Yo agradezco las cámaras un montón, no quiero más episodios desagradables como este", reconoce esta empleada.

Laura González explica también que más que "prevención y vigilancia, hace falta educación por parte de la gente que destroza", aunque sí confía en que los desperfectos que la noche deja en la calle Príncipe se vean reducidos.