Una grave agresión que tuvo su origen en un "rocambolesco episodio", como lo definió la fiscal, y que ayer llegó a juicio. Un joven se sentó en el banquillo del Juzgado Penal 3 de Vigo acusado de propinar una paliza a otro chico con el que residía, un estudiante universitario, tras una discusión en la cocina que el presunto agresor inició cuando el perjudicado lavaba loza en el fregadero. La Fiscalía atribuye al imputado un delito de lesiones y solicita que sea condenado a una pena de prisión y a indemnizar con más de 2.600 euros a la víctima, a la que rompió la nariz, causó lesiones en un ojo y provocó además contusiones, hematomas y erosiones en otras partes del cuerpo. "Estuve un tiempo sin poder ir a clases porque no veía nada; y me perdí un examen", relató el herido.

Todo ocurría el mediodía del 16 de marzo de 2014. Tiempo antes ya habían tenido otra discusión, pero ese día la cosa fue a mayores. "Yo estaba lavando los platos y para eso separé las cosas que había de él en el fregadero; entonces vino gritando y diciendo que no le tocase sus cosas, que el fregadero era de todos", declaró el estudiante agredido. Tras las palabras, relató, vino la agresión. El herido cuenta que el acusado lo golpeó en la cocina, en el pasillo y en la habitación. "Yo sólo recibía golpes", dijo, añadiendo que finalmente pudo encerrarse en su dormitorio a salvo de su compañero de piso. "Me miré en el espejo y vi mi ojo inyectado en sangre y más sangre en la nariz y en la cabeza; envié unas fotos por WhatsApp a mi casa para que viesen como estaba", recuerda.

La versión del acusado fue muy distinta. Alega que el herido intentó darle un puñetazo, por lo que él lo agarró por el "pescuezo", y que finalmente tropezó y se golpeó "con una silla, la mesa y el suelo".