La historia de Cíes, impresa en su suelo marino // Jorge Álvarez

El suelo marino del Lago dos Nenos, en Cíes, conserva el registro de la historia del archipiélago desde hace 6.000 años. Siete investigadores del proyecto Paleopark han desembarcado esta semana en el archipiélago para reconstruir su pasado y así ayudar a conservarlo de cara al futuro. La iniciativa, que también se desarrolla en Cabrera, está liderada por el CEAB de Blanes.

La historia de Cíes está impresa en su suelo marino, donde cada centímetro condensa la crónica de una década. Expertos de varios países intentan descifrar este relato natural dentro del proyecto Paleopark, una iniciativa liderada por el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB), perteneciente al CSIC, que esta semana está de campaña en el Lago dos Nenos.

El líder del estudio, Miguel Ángel Mateo, y otros seis investigadores han instalado una plataforma de unos 800 kilos de peso para extraer testigos de sedimentos que serán troceados y enviados a laboratorios de Holanda, Reino Unido, Italia, Australia y Canadá, además del propio CEAB, para ser analizados por una veintena de expertos de distintas disciplinas.

"Cada uno de ellos es capaz de leer uno de los distintos lenguajes en los que está escrito el sedimento. Así podremos construir una historia global y muy bonita desde hace 6.000 años. Es un proyecto muy ambicioso", señala Mateo.

Financiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, que le otorgó la máxima puntuación en su convocatoria, Paleopark utiliza un novedoso enfoque para revelar la evolución de los ecosistemas marinos y terrestres de Islas Atlánticas y dotar a los gestores de una información clave para conocer su estado real de conservación y gestionarlo en consecuencia.

"Si tienes claro de dónde vienes y cómo el hombre ha ido modificando el paisaje puedes tomar medidas correctoras y preventivas para que la degeneración no continúe. Ésa es la información que nosotros le damos al parque", señala Santiago Giralt, del Instituto de Ciencias de la Tierra de Barcelona (CSIC) y con más de dos décadas de experiencia en la extracción de sedimentos.

La primera parte del proyecto arrancó en Cabrera, donde los investigadores utilizaron un buque para realizar las perforaciones, pero en el Lago dos Nenos han instalado una plataforma de más de 800 kilos de peso en la que los expertos realizan el trabajo de manera "muy artesanal" para poder extraer los testigos en jornadas de "10-12 horas diarias" que requieren de gran esfuerzo físico.

Tras el montaje de la torre, el equipo inició los sondeos el martes y ayer se trasladaron a una zona del lago más propicia para sus objetivos. "Cuando encontremos el sitio apropiado extraeremos dos o tres testigos lo más largos posibles. En nuestro caso no necesitamos más porque de cada centímetro extraeremos 10 submuestras a las que se le harán varias analíticas. Sería inviable extenderlo y además no es necesario porque la historia está bien recogida en el sedimento, no hace falta una gran colección. Cada centímetro son unos diez años", detalla Mateo.

"Elegimos el Lago dos Nenos porque fuera de las islas el oleaje resuspende todo el sedimento y altera la secuencia cronológica, por lo que ya no constituye un archivo paleoambiental", añade.

Las muestras serán sometidas a análisis de carbono-14 para datarlas y también de ADN con el objetivo de determinar qué especies vegetales vivían en Cíes hace miles de años. Carmen Leiva, estudiante de doctorado en el CEAB, recogía ayer muestras de plantas de las dunas y el estuario para poder compararlas con los restos que se han conservado en el sedimento. Hasta mañana, último día de la campaña, hará lo mismo con matorrales y árboles.

"Mis estudios se centran en la paleoecología. En cierto modo, sacamos una especie de máquina del tiempo del lago e intentamos descifrar lo que hay ahí. Yo realizaré la interpretación global de las muestras analizadas por todos los científicos para tratar de identificar las especies y reconstruir la vegetación que había alrededor de la laguna hace miles de años", explica.

El equipo, que está alojado en el propio parque, se completa con Manel Bolívar, experto del CEAB y responsable de las actividades subacuáticas en el lago, Anna Sans, del mismo centro y coordinadora técnica de la campaña, y otros dos estudiantes de doctorado, la moañesa Nerea Piñeiro y Fernando Barreiro, del Instituto Pirenaico de Ecología de Aragón (CSIC).

El proyecto continuará hasta 2017 y Miguel Ángel Mateo prevé realizar una jornada en la sede de Islas Atlánticas en la ciudad para dar a conocer sus objetivos y el valor de los resultado en la conservación de este tesoro natural.