A principios de los años 60, la industrialización se apoderó de la ciudad de Vigo. El despegue de Citroën, Zona Franca, el éxito del naval o de la industria conservera obligaba a proporcionar mayor mano de obra y trabajadores al sector. La creación del CIFP Valentín Paz Andrade dio respuesta a esta elevada demanda de empleados. "En los primeros años desde su apertura todas las promociones salían ya con trabajo. La calidad de la enseñanza era admirada y validada por las empresas, porque no solo formábamos profesionales, sino también ciudadanos", proclamó ayer su directora Josefa González.

Cincuenta años aportando sapiencia y valores a los futuros técnicos y especialistas de la ciudad se vieron representados en una acto de aniversario en el salón de juntas del centro. El consellerio de Educación, Román Rodríguez, el alcalde de Vigo, Abel Caballero y el hijo de Valentín, Alfonso Paz Andrade, acudieron a felicitar al centro en la celebración de su medio siglo de existencia. Además de instituciones políticas, hubo cientos de personas que no quisieron perder la oportunidad para agradecerle al centro sus cincuenta años de formación.

Antiguos alumnos convertidos en versados profesionales, maestros jubilados que estrenaron las aulas del CIFP, estudiantes ávidos de conocimientos y profesores que empiezan su carrera docente en él aprovecharon para acudir al acto y reencontrarse con viejos amigos de profesión y aulas. Quien también estuvo presente fue el hijo del erudito de quien lleva su nombre el centro, Alfonso Paz Andrade; quien reconoció el "pionero servicio que ofreció esta escuela para Vigo y su área".

Rodríguez y Caballero también alabaron la dedicación y esfuerzos de la entidad y profesionales por formar a los "futuros motores de la industria". "Sin duda este sector es la base inexcusable de la economía. Este CIFP tuvo una visión de futuro e internacionalidad como ningún otro, supo ver las necesidades de la ciudad y adaptarse a ellas", apuntaba el regidor olívico, quien al igual que el conselleiro no olvidó los numerosos reconocimientos que ha obtenido. "Referente en el panorama educativo gallego, se trata de un proyecto pedagógico que va en la línea de la apuesta que está a desenvolver la Xunta para potenciar la nueva estrategia de Formación Profesional para la próxima década", afirmaba Román Rodríguez.

Tras las palabras de autoridades, el centenar de invitados al acto disfrutaron de un aperitivo en el bar del centro, donde revivieron anécdotas de su época estudiantil y docente. "Para entrar había que pasar por un examen muy complicado y luego te miraban todo, incluso el pelo, aún recuerdo periódicos que decían que los alumnos del CIFP Paz Andrade tenían los cabellos muy largos y nos obligaban a cortarlos. Llega a pasar eso ahora y la que se arma", comenta uno de los primeros alumnos que pasaron por el centro. Anxos y Marga Rodríguez impartieron 15 años en ESO y Bachillerato y entre sus recuerdos más bonitos destacan la creación de su revista. "Se juntaron todos los cursos del centro, había una fraternidad increíble", destacan ambas jubiladas.