Reducir el número de accidentes y mejorar la fluidez de la circulación. Con estos dos objetivos la Concejalía de Tráfico puso en marcha las "turboglorietas" de la avenida de Castrelos y Castelao, que cumplen casi cuatro y dos meses en funcionamiento, respectivamente. Y el resultado, según fuentes oficiales de la Concejalía de Tráfico, es positivo. Tanto, que en ninguna de ellas, según datos de la Policía Local, se ha registrado ningún accidente. En el mismo periodo del año pasado, en la de Coia se contabilizaron al menos cinco siniestros; y en la del cruce con Portanet, menos conflictiva, uno.

El Concello vigués apostó por comenzar a probar este modelo de rotonda que funciona con éxito en otros países europeos tras situarse el mal uso de las rotondas -particularmente por cambios de carril irregulares- como la segunda causa de accidente en Vigo tras las distracciones. La primera que se instaló, hace ya casi medio año, fue la ubicada en el cruce entre Gran Vía e Illas Baleares. Era uno de los puntos negros de la circulación urbana de Vigo que, según la Concejalía de Tráfico -y reconocido también por taxistas, autoescuelas y aseguradoras- ha sido erradicado gracias a la sustitución de la rotonda convencional por una "turboglorieta".

Según los datos que maneja la Policía Local, entre diciembre y mayo del año pasado se registraron nueve accidentes en el cruce de Gran Vía por un mal uso por parte de los conductores de la antigua rotonda (cambio de carril o acceso a ella sin respetar la señal de prioridad). Este año solo se produjeron tres golpes por alguno de estos motivos. Y fueron, además, al poco tiempo de su puesta en marcha, cuando todavía era una novedad y los pilotos desconocían el correcto funcionamiento de la misma. La caída de siniestros se sitúa actualmente en el 60%. Varios estudios apuntan a que este tipo de glorietas reducen hasta en un 80% el riesgo de colisión.

Lo mismo está ocurriendo en la de Coia. Si bien es cierto, su complejidad y el elevado número de vehículos que la cruzan a diario obligó ya a los técnicos municipales de Tráfico a realizar varios retoques. Los primeros días, con la colocación de conos provisionales para que los conductores se acostumbraran a trazarla bien. Pero fueron insuficientes. El pasado mes optaron por reforzar la señalización. Primero, pintando en el suelo, y antes de llegar a la glorieta, la dirección que pueden seguir en función del carril por el que entren a la glorieta. Pero también pintaron nuevas flechas en el interior y una doble línea continua para evitar que los pilotos continuaran "pisándolas". En cualquier caso, y pese a estos imprevistos, la Policía Local no ha detectado ni intervenido en ningún accidente. Además, y según apuntan fuentes oficiales de la Concejalía de Tráfico, el tráfico es ahora más fluido. Lo mismo ocurre con la de Gran Vía y Castrelos.

Las tres "turboglorietas" cuentan ya con el visto bueno de los técnicos de tráfico. Si bien es cierto, la de Castelao tiene todavía que pasar una última prueba de fuego: la temporada de verano. El aumento de turismos que acceden y regresan por este punto desde las playas obligará a la Concejalía de Tráfico a seguir testando su funcionamiento. Pero además, como adelantó este periódico, contará con una "aliada" para tratar de ganar fluidez en la época de playas. Será la rotonda de la avenida de Europa en el cruce con la VG-20, que el Concello convertirá también en "turboglorieta" en las próximas semanas. De hecho, en este caso, su principal objetivo no es tratar de reducir los accidentes, que son residuales en este cruce, sino mejorar la circulación durante el verano.