El segundo concurso convocado por Fomento para construir el edificio Vialia diseñado por el arquitecto norteamericano Thom Mayne sobre la estación del AVE ha quedado desierto al igual que el primero, licitado por el anterior Gobierno. El plazo para entregar ofertas venció ayer a mediodía sin que se presentase ninguna pese al interés mostrado por varios inversores en los últimos meses, pero el ministerio no renuncia a la obra, que en esta última convocatoria salió a licitación con un presupuesto de entre 83 y 152 millones en función de la superficie edificada y de explotación comercial.

La ministra Ana Pastor señala que "de manera inmediata" se iniciarán los estudios para elegir una fórmula, también a través de la colaboración con un operador privado, para tratar de salvar la infraestructura, llamada a coronar el complejo intermodal de transportes de Urzáiz.

El consejo de administración de Adif tomará la decisión este mismo mes, apunta, una vez estudiados los pros y contras de las posibles soluciones. El ente maneja dos alternativas, y mantiene un horizonte temporal de cuatro meses, a contar desde la apertura del proceso, para la recepción de ofertas.

Una de las opciones que está sobre la mesa es abrir un procedimiento negociado con operadores especializados, fórmula de contratación excepcional en la que podría tener cabida la construcción y explotación de la estación de Mayne tras fallar por dos veces el concurso abierto. La legislación establece la posibilidad de emprender esta vía, entre otros escenarios, cuando tras haberse seguido un procedimiento abierto o restringido, no hubiese ninguna oferta.

El ministerio consultaría con operadores económicos de su elección y negociaría las condiciones del contrato. Los criterios de adjudicación no deben variar a lo largo de todo el procedimiento, y las negociaciones deben tender a mejorar las ofertas.

La otra fórmula pasa por convocar un nuevo concurso abierto, para lo que habría que examinar las condiciones a fin de garantizar la presentación de ofertas. "Estudiamos esas dos vías", añade Pastor.

Desde el ministerio se apunta que la anulación del Plan Xeral, que puso en entredicho la viabilidad urbanística de la infraestructura, influyó en que los inversores no se decidiesen a presentar ofertas a pesar de que la ley de medidas urgentes para proyectos de interés público aprobada por el Parlamento gallego en febrero solventaba ese obstáculo. El departamento detectó recelo entre los operadores sobre la seguridad jurídica de la actuación.

Al menos dos empresas especializadas nacionales y una extranjera se interesaron durante el proceso por la obra de la estación Vialia, que financiarían íntegramente a cambio de explotar durante 50 años el centro comercial. En el anterior concurso, convocado en diciembre de 2010 con un precio de salida de 153 millones, también hubo candidatos, un grupo italiano y otro holandés, pero quedó desierto.