Cuenta atrás para el traslado del Instituto de Investigaciones Marinas (IIM) de Vigo al recinto de la ETEA en Teis. El proyecto que el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) decidió posponer en 2013 por la asfixia financiera que sufría este organismo -"Hasta que soplen mejores tiempos", justificó entonces su presidente, Emilio Lora Tamayo- vuelve a reactivarse y esta vez con inversión comprometida por escrito. El Ministerio de Economía y Competitividad, al que pertenece el CSIC, reserva en sus presupuestos del próximo año la primera de cinco partidas que suman 16 millones con destino a la reubicación del centro de Bouzas en los antiguos terrenos militares. El director del IIM, Antonio Figueras, principal impulsor y defensor de la actuación, está convencido de que por fin ahora se hará realidad la obra pendiente hace más de una década. "El edificio de Eduardo Cabello tiene los días contados", afirma.
Su reunión el pasado octubre con el alcalde Abel Caballero fue la expresión de lo que Figueras considera la "determinación firme" del CSIC con el traslado. En este encuentro, el regidor ofreció la "total cooperación" del Concello por cuanto "supondría el arranque" del Campus del Mar, la iniciativa que liderada por la Universidad de Vigo en alianza con el CSIC y el Instituto Español de Oceanografía (IEO) aspira a concentrar en los terrenos de Teis todos los centros de investigación marina de la ciudad. Así lo ve también el director del IIM, aunque su instituto es el que más necesita la mudanza. "Llevamos 14 años esperándola. En todo caso, el Consejo no cierra las puertas a nadie, y si nuestro traslado sirve como catalizador para que el resto se venga, perfecto", argumenta.
Construida en 1973, la sede de Eduardo Cabello -de 4.500 m2 de superficie, incluyendo el módulo anexo- funciona en unas condiciones pésimas para lo que se espera de un centro investigador de su nivel. Por poner dos ejemplos, el denso tráfico pesado que circula pegado a su puerta hace vibrar el edificio afectando a los equipos de precisión que emplean los laboratorios; y la captación del agua del mar, su principal materia prima, se produce a más de dos kilómetros por medio de una tubería que atraviesa el relleno de Bouzas hasta superar la escollera.
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Pese a estos y otros importantes inconvenientes, el centro vigués firma cada año un volumen de producción científica de los más altos del CSIC. Tal vez aquí resida la razón por la que el Ministerio de Economía y Competitividad decidiese que llegó el momento de que el instituto vigués disponga de unas instalaciones acordes a su prestigio. Y con este objetivo ha incluido en sus presupuestos para el próximo año una primera partida de 100.000 euros que se dedicará al desarrollo del proyecto urbanístico en Teis. A esta cantidad le sucederán en las siguientes anualidades otras consignadas por un monto de 16,1 millones: 6 millones en 2017, igual importe en 2018 y 4 en 2019.
La última ordenación pactada por los impulsores del Campus del Mar con la Xunta reservaba 30.000 m2 en la ETEA para usos tecnológicos-científicos. En principio, la parcela del CSIC se había propuesto en la zona más próxima al mar. Esta cercanía con el muelle del recinto encajaría con el planteamiento del Consejo de reubicar aquí su Unidad de Tecnología Marina -actualmente en Beiramar- y la base de sus buques oceanográficos, ahora agrupados en una misma entidad de gestión junto a los del IEO.
