El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, puso ayer en marcha los relevos en la delegación territorial de la Xunta y en el Puerto de Vigo adelantados en exclusiva por FARO. El Consello de la Xunta consumó la sustitución a María José Bravo Bosch, imputada en la "Operación Patos", por Ignacio López-Chaves, presidente de la Autoridad Portuaria, que a su vez será sustituido por el exconselleiro de Pesca y senador, Enrique López Veiga.

Con estos nombramientos Feijóo busca además reforzar la figura de la nueva portavoz del PP vigués, Elena Muñoz, colocando al frente de la representación autonómica en la ciudad a un hombre de total confianza como Chaves y en el Puerto a López Veiga, el más firme defensor de la candidatura de Muñoz a la Alcaldía de Vigo.

Feijóo afrontará el Debate del Estado de la Autonomía de la próxima semana con un gobierno renovado y restando combustible a la oposición al destituir a los delegados de Vigo y Ourense. Bravo Bosch deja la delegación de la Xunta después de tres años y medio en el cargo convertida en la primera víctima política de la Patos que investiga presuntas irregularidades en la contratación de obras públicas de varias administraciones. Su relevo por López-Chaves propicia la irrupción en el escenario local de Enrique López Veiga para dirigir el Puerto de Vigo en la recta final de la legislatura. La propuesta de nombrarle en la Autoridad Portuaria tendrá que ser ratificada por Puertos del Estado, organismo dependiente del Ministerio de Fomento.

El presidente gallego trató ayer de vestir como un "cese a petición propia" la destitución de Bravo. Hace apenas diez días la delegada rechazaba la opción de dejar el cargo voluntariamente: "No lo voy a plantear", aseguró tajante el 27 de septiembre.

Al mismo argumento recurrió Feijóo para confirmar la salida de la Delegación de Ourense de Rogelio Martínez, imputado por la gestión de fondos europeos en una planta de biomasa cuando era alcalde de Arnoia. "Ambos me habían trasladado su permanente disponibilidad y una vez que esa disponibilidad se produce ya no es un cese, sino un cese a petición propia. Otras veces no se da esta circunstancia", destacó tras el Consello de la Xunta en el que se formalizaron los cambios.

Feijóo ha apurado los tiempos y destituye a Bravo Bosch un mes antes de que deba comparecer en el Juzgado de Instrucción 7 de Vigo que dirige la Operación Patos. Está citada el 5 de noviembre y su testimonio será de los primeros tras hacer lo propio el dueño de Eiriña, empresa que la investigación sitúa en el epicentro de la trama.

La Fiscalía le atribuye a Bravo Bosch supuestas irregularidades en la concesión de un curso de formación a una concejala de Ponteareas, la recolocación de un funcionario autonómico, en varios contratos de obra en Meixueiro, Vilagarcía y Panxón, en obras que menciona el informe policial en el Consorcio del Casco Vello y una "hipotética" mediación a favor de Eiriña en contratos de la Diputación. Desde que se conocieron los detalles del sumario, la popular se ha mostrado siempre "tranquila" e insiste en que no se investiga ninguna adjudicación suya a la empresa. "Tengo muy claro que tenemos cero responsabilidad y culpabilidad y nos vamos a defender", volvió a reiterar hace una semana sobre su situación y la de los funcionarios autonómicos también investigados.

Pese a sus continuas explicaciones, su destitución a un año de las elecciones autonómicas es imposible de desligar de la operación en curso y así lo reconoció ayer el propio Núñez Feijóo. En menos de seis días el presidente de la Xunta se desvincula de dos personas que representaban un problema para los intereses del PP en el área de Vigo. En la despedida de Rocío Mosquera como conselleira de Sanidade el dirigente popular reconoció que adoptó la decisión de sustituirla por Vázquez Almuiña tras "escuchar a una sociedad que pide soluciones a las deficiencias" del sector y más en concreto del hospital vigués.

Presunción de inocencia

"Respeto la presunción de inocencia de todos los altos cargos investigados en cualquier sumario", proclamó Feijóo desde San Caetano en una primera parte de su comparecencia en la que quiso enmarcar los cambios en las delegaciones territoriales en la amplia renovación del Gobierno gallego. "Ya adelanté el domingo que habría más cambios. Los cargos en política son temporales, entendemos que un ciclo está cumplido y hay que aceptar el cambio con enorme naturalidad. Agradezco a todos su trabajo", intentó zanjar el presidente, que acabó reconociendo el peso en estos cambios de las investigaciones judiciales en marcha que afectan tanto a Bravo Bosch como a Rogelio Martínez en Ourense.

¿Ha pesado la Operación Patos en su decisión sobre la delegada de Vigo? Esa fue la cuestión concreta que respondió Feijóo. "Si me pregunta por la decisión de la Xunta digo que todo influye y nada en exclusiva es determinante. Todo influye en la decisión del Gobierno y del presidente. Hay gente que responde de una forma y otros de otra. Influye. No es una cuestión determinante. Influye esto y también los ciclos políticos", repitió volviendo a su primera versión.

Bravo Bosch fue nombrada representante de la Xunta en la ciudad en enero de 2012 después de apenas medio año en la Corporación viguesa tras haber concurrido a las municipales como número 3 de la lista capitaneada por Porro en 2011. Ejerció desde el primer momento un perfil duro de oposición al gobierno de Abel Caballero máxime cuando el ahora vicepresidente de la Xunta le encomendó hace tres años coordinar la puesta en marcha del Área de Vigo que no llegó a buen puerto. Hubo quien consideró toda una señal que cuando la semana pasada se retomaron las conversaciones con los alcaldes la Xunta enviara directamente al director xeral de Administración Local para tomar las riendas del proyecto y mantuvieran al margen a la delegada.