A la una de la tarde un coche con altavoces recorría la carretera de Freixo animando a los vecinos a participar en el espectáculo que tendría lugar pocas horas después. A escasos metros los más rezagados apuraban los últimos minutos para inscribirse en alguna de las categorías de la XVII Bajada de carros de bolas del barrio. Cerca de 40 vehículos y 70 participantes ofrecieron un espectáculo que no defraudó ni a público ni a competidores.

A las cuatro de la tarde los primeros intrépidos bajaban por la carretera de San Xoan. Tres amigos vigueses inauguraban la competición de una manera un tanto peculiar: en solitario, sin cronometrar, cada uno montado en su carrilana. No entran dentro de la competición pero la organización lleva años dejándoles hacer la primera bajada porque "simplemente buscamos por diversión", explica Álvaro Valverde, uno de los chicos. "Nos gusta desde pequeños, antes íbamos a otras pruebas pero ahora solo acudimos a esta". Junto a Anxo Guiances y Javier Figueiras busca lo que todos los participantes: "Una descarga de adrenalina".

El espectáculo estuvo lleno de accidentes e incidentes que dejaron sorpresas entre los ganadores. En individual ganó Fran Hermida, hijo. Su padre, Francisco Manuel, que fue el vencedor del año pasado, quedó segundo. "Corremos a unos 60 kilómetros por hora", cuenta. LLeva cinco años federado, pero compite desde que es pequeño: "Mi hijo tiene 16 años pero ya lleva corriendo desde los 12". En algo más de un minuto él y su carrilana recorren el kilómetro del circuito, una carretera cortada al tráfico para la ocasión.

En la categoría de colectivo, Castro Racing Team obtuvo la victoria.La organización otorga premios a los ganadores de las diferentes categorías, pero los que más éxito tienen son los "anecdóticos", como los califica Carlos Comesaña, miembro de la organización. "Damos premios a los accidentes más vistosos o a los carros más originales". Por este circuito han desfilado desde simples palés hasta trenes que echaban humo. El primer premio en esta categoría recayó en la pirámide del equipo Choupa. Tampoco se olvidan de homenajear a sus vecinos 'ilustres'. Maximiliano, natural de Freixo, participa en la carrera desde que comenzó a celebrarse. Cada año recibe una copa que lleva su nombre.

Algunos de los asistentes llevan años compitiendo en este deporte que cuenta con federación autonómica, nacional e incluso internacional. Aunque esta prueba no se enmarca dentro del calendario oficial, los profesionales vienen a "pasárselo bien". Advierten que para conducir un carro hay que tener habilidad y saber entrar en las curvas para que el vehículo no termine en una cuneta.