El Puerto emprende los pasos para convertir las antiguas naves de la fruta, el conocido como Tinglado (detrás de la sede de la Xunta), en la segunda estación de cruceristas con todos los servicios y proyecta allí también un centro de ocio con pequeños y medianos locales abierto tanto a los pasajeros como al resto de los ciudadanos. El consejo de administración aprobará en su próxima reunión, la semana que viene, iniciar el trámite de evaluación ambiental simplificada, que debe aprobar la Xunta a través del Concello. Posteriormente, según las fuentes consultadas, arrancará con la modificación del Plan Especial del Puerto para cambiar los usos del suelo en el que se levanta el edificio, de más de 4.000 m2 a fin de dar encaje al proyecto.
Parte del Tinglado fue habilitado como estación de cruceristas y de hecho se utiliza esporádicamente cuando no hay atraque en el muelle de trasatlánticos por la coincidencia de varios buques el mismo día. Sin embargo, aunque el vestíbulo está acondicionado, faltan medios básicos y hay que instalar incluso baños portátiles. La Autoridad Portuaria quiere dotarlo de los servicios adecuados para los pasajeros y de espacios para oficinas y dependencias de seguridad. Ahora que Leixões estrena terminal, la institución olívica empieza con el proceso para consolidar la segunda y mantener la ventaja en infraestructuras.
El proyecto para reformar las naves emprendido en la etapa de Corina Porro quedó a medias al paralizar el Concello en noviembre de 2010 las obras por carecer de licencia. Ignacio López-Chaves, el actual presidente, decidió esperar a la aprobación del Plan de Usos antes de retomar el proyecto para el Tinglado y decidir el uso integral definitivo. El documento entró en vigor en mayo y ahora se pone en marcha el proceso.
El Puerto, según las citadas fuentes, ya ha recibido demandas de operadores interesados en la gestión del edificio como centro de cruceristas con locales de ocio y restauración, ya que el Tinglado está situado en una zona muy atractiva, al lado del mar y a un paso del centro. La previsión es, una vez que esté modificado el Plan Especial, escuchar a todos los sectores para perfilar el proyecto y establecer una concesión. Se han estudiado modelos como el del mercado de San Miguel (Madrid), especializado en productos frescos con servicios de cafetería y otros negocios y que organiza actividades de ocio. Tampoco se descarta la viabilidad de instalar en una parte el centro de I+D Gastronómico que promueve Zona Franca, en caso de que no prospere la negociación del Consorcio con el Concello para ubicarlo en el antiguo Rectorado. En todo caso será "un proyecto de ciudad consensuado", indican las susodichas fuentes.
