El inesperado protagonismo alcanzado estos días por Rafael Louzán con sus reiteradas ofertas al Bloque Nacionalista Galego para alcanzar un acuerdo que les permita gobernar de forma conjunta la Diputación de Pontevedra tienen su justo contraste en el silencio que hasta ahora han venido guardando el Partido Popular de Vigo y Pontevedra.

Mientras Louzán, que repetiría en la institución provincial en su calidad de concejal del Concello de Ribadumia, se manifiesta de forma rotunda sobre la conveniencia de ese pacto, los máximos responsables populares de las dos urbes más grandes de la provincia han callado. Ni José Manuel Figueroa, actual presidente del PP vigués, ni Jacobo Moreira, reciente candidato del pontevedrés han abierto la boca. En este caso, es todavía más sorprendente por los elogios que ha vertido Louzán de Lores, el alcalde nacionalista, y hasta el pasado domingo rival del propio Moreira. Tampoco lo ha hecho Elena Muñoz, candidata del PP en Vigo y probable líder del partido en la ciudad.