Restaurantes y cafeterías del Casco Vello han encontrado en la Reconquista un bálsamo genuino contra la crisis. Según las previsiones que maneja la asociación que aglutina a la hostelería del barrio histórico, "Vigo Vello", este año la fiesta les permitirá "triplicar" su facturación y generar cerca de un centenar de empleos. "Esperamos la mejor Reconquista de la historia", anota el gerente del colectivo, Anxo Méndez, quien recuerda que en 2015 -por primera vez en sus más de dos décadas de tradición- la celebración durará dos fines de semana consecutivos: este, con el certamen organizado ayer y las actividades programadas para hoy, que tienen como plato fuerte la representación -a las 12.30 horas- del cese del gobierno local; y el próximo sábado y domingo, cuando se llenará el Casco Vello con puestos de comida y artesanía, gente caracterizada como ciudadanos del siglo XIX y dramatizaciones.

"Son dos fines de semana y aunque el primero es solo la representación atraerá público. Además, a lo largo de los últimos años el crecimiento de las visitas ha sido enorme", recuerda Méndez. El gremio más beneficiado será el hostelero; en el comercio -detalla el gerente de "Vigo Vello"- "el crecimiento será menor". La presidenta de la asociación, Itos Domínguez, concuerda en que la Reconquista "dispara" la caja, aunque matiza que no de una forma homogénea por todo el barrio. La hostelera se muestra además expectante sobre la repercusión de este primer fin de semana. "No sabemos si vendrá mucha gente", reconocía ayer. Méndez y Domínguez coinciden en destacar los refuerzos que se contratarán. Según los cálculos del gerente, entre cerca de 60 locales sumarán "un mínimo" de cien nuevos empleos.

Otro efecto positivo de la Reconquista sobre los negocios del Casco Vello es su papel de "escaparate": la fiesta atrae a vecinos de toda Vigo, la comarca e incluso otras ciudades, que descubren de paso el floreciente comercio y hostelería del barrio histórico. "Permite conocer el barrio a gente nueva; ese es el verdadero valor de la celebración para nosotros, su capacidad para captar público que no conocía esta zona", revela Méndez. El "aluvión" de visitas que genera la Reconquista es solo comparable con otras citas consolidadas en la ciudad, como la procesión del Cristo de la Victoria; o el festival de arte urbano O Marisquiño, que a pesar de su juventud -en agosto cumplió 14 años- es ya un referente en su campo y moviliza aficionados y medios de otros países.

Tampoco son ajenos a la Reconquista los hoteles de la ciudad. El presidente del gremio provincial (Asehospo) y de su homóloga de la hostelería (Feprohos), César Sánchez-Ballesteros, explica que la fiesta que conmemora la expulsión de las tropas napoleónicas en 1809 ya genera reservas. "Hay alguna y eso es algo que antes no pasaba... Poco a poco la fiesta va tomando dimensión y peso", comenta el hotelero: "La afluencia de público es cada vez mayor". El potencial de la Reconquista para atraer turistas en pleno arranque de primavera lleva al sector a plantearse colaborar el próximo año. El portavoz de Asehospo y Feprohos apunta, por ejemplo, a involucrarse en la "promoción y dar a conocer" la efemérides. Una de las principales reclamaciones de los hoteles es, precisamente, desestacionalizar la demanda con reclamos turísticos.

Hostelería y hoteles han encontrado este año otro aliado: el calendario. A los dos fines de semana consecutivos con festejos por la Reconquista se suma -en el arranque de abril- la Semana Santa, que habitualmente deja uno de los primeros "picos" de ocupación del año en los alojamientos de Vigo. Su resultado dependerá en gran medida sin embargo del parte meteorológico, ya que los turistas -insisten desde los hoteles de Vigo-, buena parte de otros puntos de Galicia o comunidades vecinas, suelen hacer sus reservas "a última hora".

La Reconquista no solo genera riqueza en los establecimientos del Casco Vello. En la zona histórica se instalarán -la próxima semana- cerca de 250 puestos de comida, artesanía, demostraciones y atracciones para niños, de los que 70 se corresponden con negocios del propio casco histórico. Domínguez reconoce que la facturación durante la fiesta es "alta", pero lamenta que los hosteleros del barrio tengan que pagar las mismas cantidades por sus puestos que el resto de particulares o colectivos.

"Somos de aquí, así que deberíamos tener unos privilegios" -insiste la presidenta de "Vigo Vello"- "Vería lógico dar un donativo para la fiesta, pero no es justo que los hosteleros que tenemos nuestro negocio en el barrio paguemos lo mismo que los que vienen de fuera".