Su valentía al recoger el hacha del caído Carolo y derribar la puerta de Gamboa bajo el fuego de las tropas napoleónicas le ha valido a Bernardo González Valle -Cachamuíña, a ojos de la historia, apodo que recibió de la aldea ourensana donde nació, en 1771- un lugar destacado en los anales de Vigo. Su arrojo y valentía lo elevaron al cargo de gobernador de la plaza de Vigo tras la expulsión de la soldadesca gala. Pocos años después, en 1811, desencantado con el olvido del Estado, solicitó el retiro como inválido de guerra. El exconcejal, diseñador y publicista Carlos Núñez, invita a afrontar una "nueva escritura" del episodio histórico. "Fue una lucha despiadada contra los ideales de la revolución burguesa europea que en Vigo había prendido en la corporación ilustrada", apunta.