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Fue noticia en 2000

Una tragedia inexplicable

El vigués Óscar del Río fue el único marinero del "Zafir" que se salvó tras hundirse el barco en el sur de Italia

Los equipos italianos, en las tareas de rescate con el mercante "Espresso Catania" al fondo. // Gianni Russo

Un accidente marítimo convulsionó la vida de la comarca viguesa en el mes de febrero de hace quince años. El hundimiento del "Zafir" dejó once marineros gallegos muertos además de dos cántabros. El vigués Óscar del Río fue el único superviviente de un accidente inexplicable en el mar Jónico, al sur de Italia. Durante tres semanas se publicaron numerosas informaciones sobre un suceso que todavía en la actualidad no ha desvelado muchas incógnitas.

Fue madrugada, mientras la mayor parte de los tripulantes del "Zafir" dormían. Se encontraron con el "Espresso Catania". Chocaron. Al parecer, ambas embarcaciones navegaban en paralelo. Pero una de ellas cambió el rumbo y se desencadenó de forma inmediata el hundimiento del primero. Los italianos tuvieron tiempo de lanzar una lancha salvavidas antes de poner rumbo a tierra. Tenía un vía de agua. A esa lancha logró agarrarse Óscar del Río, el único superviviente.

El "Zafir" se hundió con rapidez. Fue recogido el cuerpo sin vida de un marinero de A Guarda. El resto de la tripulación desapareció bajo las aguas. Días después se comprobó que el casco del buque se encontraba a 354 metros de profundidad. Casi imposible el rescate. Las familias de los marineros pidieron ayuda a todas la autoridades, desde la Xunta de Galicia, el Gobierno de España, los italianos e incluso a la OTAN, que movilizó algunas embarcaciones en busca de supervivientes.

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Los días siguientes al naufragio fueron tensos. Paula de Francesco, la juez encargada de investigar el accidente, mantuvo varios días a Óscar del Río en Italia y le interrogó. El vigués declaró una y otra vez que no sabía los motivos del accidente y que su salvación había sido un milagro. Fue atendido atendido por las autoridades italianas y españolas.

Roberto Cardona era el capitán del "Espresso Catania". Sus declaraciones tampoco ayudaban a esclarecer lo ocurrido. Se limitaba a decir que ambos barcos navegaban en paralelo, que había visto al "Zafir" en el radar y que de repente se produjo el impacto. Además de lanzar una lancha al agua, una de sus primeras decisiones fue poner rumbo a Soverato, el puerto más cercano. Su buque tenía una gran vía de agua y corría el riesgo de hundirse también. No llegó a su destino, ya que quedó varado en una playa cercana.

Mientras, las familias de los desaparecidos vivían con angustia la desaparición de sus familiares. La Xunta de Galicia, que presidía Manuel Fraga, también colaboró facilitando el viaje hasta Italia a numerosos de ellos. Todas las autoridades pedían explicaciones que nadie parecía querer ofrecer. Mientras tanto, los técnicos insistían en que el rescate del barco era imposible. Alguno de los familiares de los marineros mostraron su su desesperación al decir que estaban dispuestos a bajar hasta el barco ellos mismos.

Óscar del Río llegó a Vigo e insistió en lo inexplicable del accidente y confirmaba que la mayor parte de sus compañeros estaban durmiendo. Relató a su llegada a Peinador que era un milagro que estuviera vivo y desveló que no sabía como se había salvado de la tragedia. Era su primer trabajo en el mar.

El accidente dejó también otras secuelas. La compañía de seguros Gemaren con sede en Suiza presentó una denuncia contra el "Espresso Catania" por abordaje. Además, exigía una fuerte compensación económica. También pedía que no se paralizaran las labores de rescate del barco al considerar que los cuerpos de los tripulantes se encontraban dentro del casco del buque.

El "Zafir" tenía bandera portuguesa y su hundimiento se produjo en una zona conflictiva. Los italianos develaron que en esa misma zona se habían producido cinco naufragios en los últimos treinta años.

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