Tras cuatro años de negociaciones, la gerente del Sergas, Nieves Domínguez, y el consejero delegado de Povisa, José Bernardo Silvela, sellaron con su firma la renovación del concierto singular por el que recibe atención una cuarta parte de la población del área sanitaria viguesa. El vínculo entre ambas instituciones, entró en vigor con esta rúbrica, se prolonga otra década para dar asistencia a un máximo de 139.000 ciudadanos. Como principal novedad para los usuarios, introduce la posibilidad de que la población adscrita al centro concertado elija trasladarse al Chuvi. Podrá ejercer este derecho desde esta semana y hasta el 30 de noviembre.

Domínguez calificó ayer la firma de "buena noticia" y reconoció que Sanidade no podría prescindir ahora de este "concierto histórico" con Povisa para garantizar una "asistencia de calidad" a la población viguesa. "No sé qué pasará dentro de ocho años [vigencia del acuerdo, con otros dos años de prórroga]", deslizó. Destaca que, además, supone una "garantía de continuidad" para el hospital de la calle Salamanca, "que le permite tener a sus empleados más satisfechos". Recuerda que, en 2006, las fuerzas políticas y los sindicatos acordaron que la Administración mantendría la relación con el centro concertado pata mantener el empleo.

El concierto firmado ayer introduce novedades en esta relación. Povisa deja de tener una población asignada por adscripción territorial y de facturar por actividad, para percibir 540 euros por cada uno de los ciudadanos que escojan quedarse en él. Hoy atiende a alrededor de 139.500, medio millar más que el cupo máximo que se establece el convenio. El Sergas espera que se ajuste la cifra con el proceso de libre elección que se abrirá esta misma semana y se prolongará hasta el 30 de noviembre. Trabaja ya en la resolución que se publicará esta semana y que detallará los pasos que deben seguir los interesados en trasladar su atención hospitalaria al Chuvi. Los que decidan quedarse en el hospital concertado, no tendrán que hacer nada.

A falta de ajustar los detalles, el usuario deberá rellenar un formulario y aportar "el DNI y poco más", en unos trámites que se podrán realizar en los centros de salud. "Trataremos de que sea lo más simple para el usuario", garantiza Domínguez y añade que cada año se reabrirá el mismo proceso en el mes de noviembre. Vaticina que "no será una gran cantidad de personas, porque la gente es bastante fiel a donde es atendida". Advierte de que hacer estimaciones es muy aventurado, pero prevé que este traspaso de ciudadanos oscile entre los 500 y los 1.500. Si fueran menos, tendrían que estudiar soluciones, porque Povisa solo podría atender a 139.000 de los que decidieran quedarse. Si ascendieran a muchos más y el Chuvi se viera en dificultades para absorber esta nueva demanda, el Sergas se plantearía el proceso contrario y ofrecería a los usuarios del complejo público trasladar su asistencia a Povisa. Domínguez declara que no han calculado hasta dónde se puede estirar la capacidad de asistencia del Chuvi, pero recuerda que la apertura del nuevo hospital, prevista para verano del próximo año, la aumentará.

El concierto pone otro límite. Salvo que sean los propios ciudadanos los que decidan irse de Povisa, Sanidade deberá mantener un mínimo de 120.000 tarjetas adscritas al hospital del Grupo Nosa Terra.

El nuevo modelo de pago per cápita en el que se basa el concierto firmado ayer -valorado en un máximo de 75 millones de euros al año- introduce mejoras para los pacientes, según Nieves Domínguez. "Al cobrar por población y no por actividad, trasladamos a Povisa la obligación de hacer un mayor esfuerzo en prevención, en evitar las reagudizaciones y en incrementar la atención domiciliaria, para actuar antes de que la población se ponga enferma", argumenta.

Movilizaciones de la plantilla

El comité de empresa del hospital, por su parte, apunta a la Xunta como "principal culpable" de los doce despidos anunciados por Povisa el pasado viernes, por "permitirlo". Estos profesionales forman parte del grupo de más de 200 vinculados al concierto. El comité sostiene que deberían ser considerados indefinidos y anuncia movilizaciones para reclamar su reincorporación. La presidenta del comité de empresa, María Jesús Neira, ha tachado de "vergonzoso" e "indignante" que se vayan a la calle una docena de empleados, algunos con más de diez años de experiencia, cuando en julio y agosto hubo nuevas incorporaciones a la plantilla de personal con peores condiciones laborales y "varias cláusulas fuera de convenio", como la de flexibilidad de jornada o la de horas complementarias.

La gerente del Sergas, Nieves Domínguez, rechazó ayer que la Administración pueda inmiscuirse en las decisiones de contratación del hospital del Grupo Nosa Terra, a pesar del concierto que los une, ya que se tratan de cuestiones de "gestión interna".