Los nuevos radares de Beiramar que disparan en ambos sentidos de circulación han logrado ya un doble objetivo: reducir la velocidad media de los vehículos y destapar al mismo tiempo un grave problema de imprudencia de multitud de conductores que exprimen su coche por encima de los 100 km/h dentro del subterráneo. La mayoría de los automóviles acceden ahora incluso a menos de 50 km/h, cuando hasta hace un mes llegaban a hacerlo a más de 60 km/h en algunos tramos.
Pero aunque el cambio de cinemómetros ha contribuido a que la mayoría de pilotos pisen más el freno, esta medida no ha logrado disuadir a todos. Y es que en su primer mes en activo no solo han sido habituales los excesos por encima de los 100 km/h -el doble de lo permitido- sino que Tráfico ha llegado a cazar a un conductor exprimiendo su vehículo a 148 km/h, casi el triple del limite fijado. Esta imprudencia, tipificada como delito y que conlleva pena de prisión y retirada del permiso durante al menos un año, puede estar entre los excesos más graves de los registrados por la Policía Local en Vigo. En 2013, por ejemplo, la velocidad máxima que localizaron fue de 135 km/h en la avenida de Madrid. En esta misma calle se localizó en 2011 la que podría ser la mayor infracción en el casco urbano: un coche deportivo a 179 km/h.
Desde que a principios de junio los tres radares que hay a lo largo del túnel fotografían también por delante a los vehículos, se ha notado un importante descenso global de la velocidad a lo largo de todo el subterráneo. Antes era habitual que los coches accedieran más rápido de lo que está permitido, pisaran el freno a la altura del radar que disparaba solo por detrás y volvieran a acelerar. Y si la cabina les apuntaba de frente, muchos ni siquiera reducían la velocidad, ya que hasta junio solo disparaban en un sentido de circulación. Ahora, ya no existen tramos ciegos. ciegosLos cinemómetros fotografían en cualquiera de las dos direcciones, por lo que la mayoría de pilotos se han ido acostumbrando a respetar escrupulosamente el límite de 50 km/h a lo largo de todo el vial subterráneo. La colocación de paneles electrónicos que informan a los conductores de la velocidad a la que entran, también ha contribuido a ello.
Según los datos que maneja el departamento municipal de Tráfico, la mayor caída de velocidad media se ha producido precisamente en dos de los tramos en los que los conductores se encuentran la cabina de frente y en los que hasta ahora no se corría el riesgo de multa. Desde la entrada de Areal en dirección Bouzas la media de velocidad rondaba los 54 km/h y ha bajado ahora a los 49 km/h. Una caída similar se ha producido en el último tramo en dirección a Teis. Aquí la velocidad media supera todavía los 50 km/h, pero hasta ahora se situaba por encima de los 60 km/h. En los otros dos tramos en los que el radar enfoca por detrás a los vehículos se ha pasado de casi 52 km/h a 50 km/h (Beiramar hacia Areal); y de 48 km/h a 46 km/h (Areal hacia Beiramar).
"Se estaba comprobando que cada vez se alcanzaban mayores velocidades en el túnel, incrementándose el riesgo de accidentes y sus consecuencias. Por este motivo se decidió que las cámaras fotografiaran en ambos sentidos". Ésta fue la explicación que dio la Concejalía de Tráfico para justificar la activación de los radares para que multaran también de frente. En una jornada, la primera, detectaron 875 infracciones y una velocidad media de 90 km/h. La máxima ese día fue de 132 km/h. Aunque después de un mes en activo los radares ya no cazan a tantos pilotos como al principio, lo cierto es que todavía existen días en los que se supera con creces el medio centenar. La media antes de la activación de los nuevos aparatos era de solo 12 multas diarias. Probablemente este año se incrementará el número de sanciones de velocidad en el túnel. En todo 2013 hubo 3.846. Solo en junio se han tramitado más de 1.900 con los nuevos radares.
