Los ciclistas intentan hacerse un mayor hueco poco a poco dentro de la jungla del tráfico urbano. Cada vez son más los vigueses que, o por la crisis o simplemente por comodidad, salud o placer, están dando el salto de las cuatro a las dos ruedas; pero no a las motorizadas, que también, sino a las de pedales. En itinerarios de calles como Pi y Margall, López Mora, Camelias, avenida de Beiramar, García Barbón o Policarpo Sanz, por ejemplo, es habitual ver ya a diario personas desplazándose en bicicleta. Pero no para hacer deporte, sino yendo a su puesto de trabajo o a hacer un recado.

"Pese a que Vigo todavía no está bien preparada para que circular en bicicleta sea del todo seguro, lo cierto es que cada vez son más las personas que han empezado a probarlo y lo mantienen como un medio de transporte habitual. Creo que la crisis ha contribuido a ello, pero también hay una especie de efecto llamada. Hay gente que lo piensa desde hace tiempo pero le da miedo, y cuando ve a otros, se decide", se percata José Manuel Suárez, presidente de la asociación viguesa A Golpe de Pedal.

Aunque en Vigo apenas hay carriles o zonas reservadas para el tránsito de bicicletas -hay una propuesta del Valedor do Cidadán del año 2006 con varios itinerarios que suman 48 kilómetros, pero no se llevó a cabo- lo cierto es que el Concello acaba de elaborar un Plan de Movilidad Urbana Sostenible en el que se recoge ya alguna otra alternativa encaminada a "integrar" al ciclista dentro del espacio público engarzando zonas que denomina "amigables" y que, como ya sucede en otras ciudades, podría corresponderse con las calles limitadas a 30 km/h considerada de tráfico calmado.

Alegaciones

De hecho, varias asociaciones y colectivos que defienden el uso de la bicicleta, ha presentado ya alegaciones a dicho plan para intentar mejorar o ampliar las propuestas. Es el caso de A Golpe de Pedal o Equo Pontevedra. Entre algunos de sus planteamientos -que coinciden con muchas de las reclamaciones de los ciclistas habituales encuestados por este periódico- está el establecimiento de una red de aparca-bicis en toda la ciudad, especialmente en edificios públicos, centros deportivos o sanitarios; la creación de carriles específicos en determinadas zonas del casco urbano o que se permita a las bicicletas circular por los carriles-bus al igual que se ha hecho en los últimos meses con las motocicletas, entre otras peticiones .

Julio González - Empleado de PSA Peugeot-Citroën / 62 años

Recorrido habitual: Churruca, Príncipe, Porta do Sol, Pi y Margall, López Mora, Plaza América, Fragoso y Citroën.

Longitud: 5 kilómetros.

Tiempo: 14 minutos.

Modelo: Bicicleta de montaña.

Julio González puede estar actualmente entre los vigueses más veteranos y fieles a la bicicleta como medio de transporte habitual en Vigo. A sus 62 años de edad, confiesa que lleva 20 yendo a trabajar a Citroën. Lo hace cada día desde el corazón de la urbe, Alfonso XIII, y emplea tan solo 15 minutos en llegar a la factoría. "La bicicleta es de una anarquía preciosa, y por eso me encanta y la utilizo", afirma.

El apego a la bicicleta y la confianza en sus gemelos como fuerza motriz es ya de tal calado que se ha desecho incluso de su coche. "Lo vendí hace un año porque no lo utilizaba; lo tenía parado", justifica.

En camisa, corbata y una mochila a su espalda, Julio González alterna el pedaleo sobre el asfalto de Pi y Margall o Fragoso, con "atajos" peatonales. "Yo, por ejemplo, paso por Príncipe, pero a unas horas que apenas hay viandantes y siempre con cautela. En 20 años no tuve ningún incidente", subraya. En su bolsa lleva siempre algo de ropa, jabón, desodorante y toallas húmedas. "No llego sudado, ya que el esfuerzo no es muy importante, pero siempre llevo cosas de aseo por lo que pueda pasar", razona.

En el trabajo hay ya quien ahora le tiene cierta envidia. "Antes me decían que era un loco, pero ahora me dicen que tengo mucha suerte de no tener que pagar gasolina", comenta en broma.

Él, como muchos de los ciclistas habituales, se saca la licencia de la Federación Gallega de Ciclismo. "Por 60 euros al año te incluye un seguro a terceros y te dan asistencia en viaje", destaca. Y, aunque reconoce que nunca tuvo que acudir a él, lamenta que los ciclistas todavía no están del todo seguros sobre el asfalto. "Hay algunos conductores que hacen el cafre, pero también ciclistas. Todos tenemos que concienciarnos de que ambos modos de transporte deben convivir. Nosotros respetando el reglamento, y los conductores, asumiendo que el ciclista es uno más en la carretera. Falta todavía educación para que se nos deje de ver como un estorbo", considera este experimentado vigués.

Francisco Javier Mallo - Trabajador de El Corte Inglés / 53 años

Recorrido habitual: Ramallosa (Nigrán), Ricardo Mella, paseo del Lagares, Balaídos, Florida, Plaza de América, Camelias, Venezuela y G. Vía.

Longitud: 20 km.

Tiempo: 1 hora.

Modelo: Bicicleta de paseo.

Javier Mallo vive en A Ramallosa, a 20 kilómetros de su puesto de trabajo, en El Corte Inglés. Esta importante distancia no le ha frenado en los últimos seis años para ir de forma habitual en bicicleta. "Depende del tiempo, pero lo hago una media de 80 días al año y pedaleo en torno a 3.000 kilómetros solo entre el trayecto de casa al trabajo, y viceversa", destaca. En su caso, y al tratarse de bastante recorrido, confiesa que puede permitírselo al disponer de duchas y taquillas en su trabajo. "La ropa va en una mochila impermeable", explica.

Varía bastante el itinerario dendependiendo del tráfico. En el viaje de ida calcula que emplea una hora. "En el de vuelta vengo más tranquilo, e incluso voy por el paseo de el Lagares y tardo algo más", señala.

Aunque mantiene que utiliza la bicicleta porque le relaja, reconoce que cuando llega al corazón de la ciudad, la cosa cambia. "Es complicado encontrar sitios donde aparcar, hay demasiado tráfico en algunas zonas y a determinadas hora que es mejor evitar y, como todavía no hay una cultura de la bicicleta, los conductores nos ven como algo molesto y como si no tuviéramos derecho a ir por donde ellos. Te pitan, se te arriman... Es una pena, porque nos hacen sentir marginados y esto impide que otras personas, por miedo, se decidan", lamenta.

David Lorenzo - Diseñador gráfico / 23 años

Recorrido habitual: Calle Baiona, Castelao, Camelias, Venezuela, Gran Vía y Lepanto.

Longitud: 5 km. (ida)

Tiempo: 10-15 minutos (ida).

Modelo: Bicicleta de pista de piñón fijo.

Más de diez kilómetros diarios por el centro de Vigo con una bicicleta de piñón fijo. A sus 23 años de edad, David Lorenzo, diseñador gráfico, cambió en 2011 el transporte público por la bicicleta. Confiesa que no lo hizo movido por factores económicos o ecológicos, sino sencillamente "por placer" y porque mejora su movilidad. "Un día me interesó cambiar la bici por el autobús y lleva ya varios años siendo mi medio de transporte habitual. ¿Lo que más valoro ahora? La independencia que me da, además del fresquito en la cara", admite entre risas.

El recorrido habitual que realiza es desde su casa, en la calle Baiona (Coia), a Lepanto, donde está el estudio en el que trabaja. Son aproximadamente cinco kilómetros (ida) que realiza en "10 ó 15 minutos". Y aunque tiene bicicleta con marchas, prefiere la de pista con piñón fijo y sin frenos. "Me gusta ir en ella porque cada desplazamiento que hago se convierte en una especie de reto. Me anima la idea de probar y conseguir llegar con ella a cualquier sitio", explica.

Y aunque es joven y sus tres años pedaleando le mantienen en forma, el ser capaz de moverse a diario por Vigo en una bicicleta de una sola velocidad, da peso a su argumento sobre las famosas pendientes olívicas. "Quien quiere moverse en bici aquí, puede. Hay muchas alternativas. Las cuestas, o Gran Vía, a la que tanto miedo se le tiene, pueden evitarse al 90%. Esta excusa no vale", mantiene.

Ve con satisfacción que cada vez son más los ciudadanos que se animan a desplazarse sobre dos ruedas. "Se nota que hubo un incremento, y me sorprende que cada vez se ve más gente mayor", apunta.

Tras años de pedaleo constante, tiene muchas propuestas para mejorar la vida de los ciclistas sobre el asfalto del casco urbano y hace hincapié en una de ellas: "Tienen que habilitarse autobuses en los que se pueda llevar la bicicleta, como hay ya en Bilbao, por ejemplo. Es una alternativa por si se pone a llover fuerte, pero también acabaría con los miedos a aquellos itinerarios con más pendiente. Si se puede salvar con el bus, los vigueses utilizarían más la bicicleta", cree.

David Rocha - Gerente tienda de bicicletas Norbike / 35 años

Recorrido habitual: Castrelos, Pastora, Gran Vía, Gerona, Independencia, López Mora, Porta do Sol, Casco Vello y Montero Ríos

Longitud: 5 km.

Tiempo: 12 minutos.

Modelo: Bicicleta eléctrica plegable.

David Rocha tiene una de las bicicletas más modernas: eléctrica y plegable. "No solo te ayuda a pedalear y pasar las pendientes con menos esfuerzo, sino que al poder ir más rápido (pueden llegar a 25 km/h) te da más seguridad y tranquilidad a la hora de moverte entre los coches", razona.

Él la utiliza para ir desde Castrelos, donde vive, a Montero Ríos, donde regenta un negocio de bicicletas. En sus cuatro viajes diarios completa una media de 20 kilómetros. La batería tiene una autonomía en Vigo para unos 25 km.

David Rocha, al igual que el resto de ciclistas encuestados por este periódico, ve todavía bastantes "carencias" para una "circulación segura" en Vigo. Entre sus propuestas, destaca una: "Un carril específico desde el centro por Orillamar hasta las playas sería una magnífica alternativa para los vigueses, pero también para el turismo. Creo que, por ejemplo, sería un éxito entre los miles de cruceristas de Centroeuropa que nos visitan y que están habituados a utiliza la bici en el día a día", ejemplifica.

Sergio Roche - Ciclomensajero de Hux / 34 años

Recorrido tipo: García Barbón, Policarpo Sanz, Pi y Margall, López Mora, Plaza de América y Florida.

Longitud: 4-5 km.

Tiempo: 15 minutos.

Modelo: Bicicleta de carretera con y sin cambios.

Hace un año que Sergio Roche montó una empresa de ciclomensajería (Hux) junto a otro socio. En su espalda pueden cargar hasta 3 kilos para su reparto dentro del casco urbano. Vivió durante ocho años en Madrid, donde se movía en bicicleta y, de vuelta a Vigo, no quiso perder la costumbre y la trasladó incluso a un modelo de negocio. "Ya había sido mensajero en moto y en un año tuve tres accidentes. Y con la bicicleta, ninguno", asegura. En un día -cifra- puede llegar a hacer hasta 60 kilómetros.

Pese a su apuesta por la movilidad en bicicleta, admite que Vigo "no está preparada" aún para un circulación segura. "No hay carriles-bici y el de A Ramallosa, por ejemplo, hay tramos que es un desastre. Falta señalización para dar prioridad a los ciclistas en algunas calles o itinerarios de zonas 30, por ejemplo. Además, hay muchos baches y serían necesario campañas para educar sobre el respeto a los ciclistas en carretera", enumera.

Sobre las ventajas que ve y de las que se beneficia por andar en bicicleta, lo tiene claro: "Ahorro en gasolina, en impuestos, en aparcamiento... y aún por encima, gano tiempo".

Laura López - Profesora IES Audiovisual / 34 años

Recorrido habitual: Tomás Paredes, Beiramar, A Laxe (primero va al gimnasio) y vuelta por Beiramar a Eduardo Cabello.

Longitud: 7 km.

Tiempo: 35 minutos.

Modelo: Bicicleta de montaña.

De casa al gimnasio y de ahí, al instituto. La santiaguesa Laura López trabajó de profesora durante el último año en el IES Audiovisual de Bouzas. En Compostela se movía ya en bicicleta y, aunque su orografía y densidad de tráfico poco tienen que ver con la de Vigo, le echó agallas. "Aquí hay que ejercitarse un poco para no fracasar en el intento, pero tampoco demasiado. ¿Hay cuestas?, sí, pero con algún rodeo se salvan sin perder tiempo", apunta.

Cada día salía de su casa, en Coia, bajaba por Tomás Paredes y enfilaba la avenida de Beiramar hasta A Laxe, donde iba al gimnasio. "Tenía que ´atar´ la bicicleta a una señal. Es muy difícil encontrar en Vigo zonas para dejarlas. Sin duda, es una de las asignaturas pendientes", anota. Luego, volvía por Orillamar hasta Bouzas para impartir clase en el IES Audiovisual (Eduardo Cabello). "Tardaba sobre 20 minutos hasta A Laxe y luego, un cuarto de hora al instituto", calcula. ¿Por qué pedaleando?: "Me activa la sensación de la bicicleta y de llegar al trabajo haciendo este ejercicio", resalta.