El primer coro de música negra de Vigo se presentó en sociedad el 15 de junio de 2013 en el auditorio de la asociación Emilio Crespo de Navia. La primera canción que interpretó V-go! Negro Son fue I smile, pero de aquel "yo sonrío" con el que arrancó el proyecto dirigido por la cantante Wöyza, nada queda siete meses después. La artista y su representante tuvieron que recurrir a los tribunales para reclamar a la federación vecinal los honorarios de todo el año 2013, en un caso, y de seis meses, en otro.

La agrupación integrada en la actualidad por una treintena de cantantes, nació bajo el paraguas de Eduardo Chao y con el apoyo explícito de la Xunta. Sus responsables aseguran que llegaron con la presidenta de la Favec a un acuerdo para facilitarles un local de ensayo y se les comprometieron subvenciones para conceptos como vestuario. "Pero nunca recibimos nada".

La directora de V-go! Negro Son realizó el primer casting para el coro el 21 de diciembre de 2012 y asegura que no se le hizo contrato hasta mitad de 2013. Pese a haber logrado regularizar su situación, explica que no ha cobrado nada y por eso decidió junto a su representante reclamar los salarios de ambas por vía judicial. En diciembre presentaron una demanda laboral de conciliación ante la SMAC para intentar llegar a un acuerdo, pero la Favec no reconoce la deuda de 18.000 euros que se le reclama en honorarios y se verán en el juicio el 7 de abril. La deuda conjunta con el coro es de más de 21.000 euros porque tampoco se recibió nada por las dos actuaciones realizadas el 26 de octubre y el 10 de noviembre ni se pagó al guitarrista Isaac Garabatos que trabajó en el proyecto de formación y a quien se llegó a firmar una factura que nunca fue abonada.

Wöyza y Ani Boado discuten en vía judicial la antigüedad de los contratos, la categoría profesional y los salarios devengados, explica su abogada. Wöyza renunció a otros proyectos y frenó temporalmente su carrera en solitario para dedicarse en 2013 al coro de música negra que les exigía exclusividad a ambas. Aguantaron porque se les iba diciendo que cobrarían semana a semana.

El coro ha logrado subsistir de forma independiente y sin ayudas gracias a sus actuaciones. El 25 de noviembre cesaron su vinculación con la federación y no han llegado a recibir ni la subvención de vestuario que se les comprometió y llegó a decir que estaba ingresada. Añaden al incumplimiento económico, las "faltas de respeto" por parte de María Pérez hacia las dos responsables, que han tenido que echar mano de sus propios recursos para seguir adelante.