El caso de Las Cinco Jotas, conocido ya como la mayor trama de fraude fiscal detectado en Galicia, llega también al norte de Lugo. El exalcalde de Burela, Manuel Mon, será citado para declarar en los juzgados de Vigo por la supuesta implicación de su empresa, Construcciones Mon, en la red que se dedicaba a emitir facturas falsas para blanquear dinero negro. Fuentes judiciales confirmaron ayer que la firma está señalada en una de las múltiples piezas abiertas para investigar un fraude que ya ha derivado en cinco vistas orales -la última ayer- y que puede llegar a superar el centenar.

Manuel Mon, regidor de la localidad lucense desde el año 1995 hasta 2005, afirmó este martes a FARO que aún no había sido llamado a declarar por el fiscal. "Todavía no estoy citado, a mí no me ha llegado nada", señaló. La emisión de estas facturas se habría producido a finales de la década pasada, cuando se inició la investigación de Hacienda. "Son temas judiciales de los que no voy a hablar", aseguró ayer Manuel Mon.

José Manuel Costas Estévez, gerente de Las Cinco Jotas y principal acusado de la trama, mantiene que las empresas les pedían dinero para lograr dinero en "B" con el que pagar comisiones a políticos y partidos, pero hasta el momento tan solo ha mencionado al alcalde de Cea (Ourense). En su comparecencia voluntaria ante la jueza de instrucción, Costas acusó al edil de soborno y el caso ha sido trasladado a un juzgado ourensano.

A las cinco vista orales celebradas desde el pasado otoño le seguirán este mes de enero otros siete juicios contra otras tantas empresas, algunas de ellas de las más relevantes en la instrucción del sumario, como Hidromiño y Movexvial. También volverán a sentarse en el banquillo de los acusados los hermanos Costas Estévez, considerados por la Fiscalía como el hilo conductor de la trama. Uno de ellos aseguraba ayer en el último juicio que habían sido "utilizados por las grandes empresas y los políticos". La práctica fraudulenta fue detectada por la Agencia Tributaria, que llegó a contabilizar un total de 200 cuentas bancarias con las que el grupo Las Cinco Jotas lograba ingresos de facturas falsas. La defensa alega que nunca se beneficiaban de esos pagos y que los hacían a cambio de promesas de contratos de trabajo la mayoría de las veces incumplidas. Además, el principal acusado insiste en la colaboración prestada para desenmarañar la trama.