Con vehículos aparcados a ambos lados y un contenedor plantado en el medio, los peatones lo tienen muy complicado para caminar por esa acera o simplemente para salir del tapón. Y es imposible para personas con movilidad reducida, sillas de ruedas o carritos de bebé. La escena, un día cualquiera en Bouzas y la situación se complica especialmente los domingos, con la asistencia masiva de público.

Y es que los contenedores no deberían estar plantados en las aceras, que son espacios reservados a los peatones, al menos en teoría. Lo de los coches ocupando todos los huecos disponibles es otra historia que se repite con demasiada ferecuencia sin que se busquen soluciones.