Cada año la Sección de Protección de Menores de la Fiscalía recibe comunicación de aproximadamente un centenar de casos de absentismo escolar en centros educativos de la provincia: en el curso 2009/2010 fueron 107 y en el siguiente, cuando había matriculados en toda Pontevedra más de 40.000 alumnos de entre 12 y 16 años, se contabilizaron 110. Las faltas injustificadas a clases es una problemática que se detecta, salvo excepciones, en alumnos a partir de 12 o 13 años.

Una vez los directores de los centros informan a la Fiscalía de casos de ausencias injustificadas, se cita a los padres y se les advierte de las consecuencias legales de que para ellos tiene la inasistencia de sus hijos a clase. Si la conducta del menor persiste y se observa que los padres no adoptan medida alguna, es cuando se llega a juicio. En Vigo ya hubo varias vistas que acabaron en condenas, aunque otros casos se archivaron.