La Asociación Ciudadana de Lucha contra la Droga en Vigo comenzó su labor preventiva y asistencial en mayo de 1982 con la apertura de la Comunidad Terapéutica Alborada, en una pequeña casa de Tomiño. A este servicio se sumó la Unidad Asistencial de Drogodependencias y el Centro de Día y, ya en 2000, un centro de atención al menor dependiente de la Xunta de Galicia. Ahora, precisamente cuando celebran sus treinta años de vida, les toca recibir el galardón de Vigués Distinguido que reconoce un duro trabajo que comenzó cuando en la ciudad olívica no había quien atendiera a los drogodependientes. "Estamos encantados", dice Ana Canoa, presidenta de Alborada.

–Recibir esta distinción les dará ánimos para continuar con su trabajo.

–Estamos felices porque supone un reconocimiento a la labor social de la asociación y reconoce el mérito de sus impulsores, como Julián Sansegundo o Sonsoles García, que hace treinta años empezaron a moverse ante la problemática existente de la drogadicción y la falta de cobertura social de carácter público. También se debe extender el premio a los sesenta trabajadores y a los pacientes.

–Ejercen su labor en un campo con buenos y malos momentos. ¿Cuáles son los mejores y los peores?

–Lo más duro se produce cuando la gente vuelve a recaer e incluso sabes que acaban mal. La maravilla es todo lo contrario, cuando ves que salen adelante y rehacen sus vidas.

–Es posible salir adelante.

–Claro que sí y la gente debe saberlo para no dudar a la hora de buscar rehabilitación. Ahora hay muchos medios, se cuenta con apoyo psicológico, con profesionales que saben perfectamente lo que hay que hacer.

–¿Qué retos afronta Alborada de cara al futuro?

–Estamos en una encrucijada y nos preguntamos si es mejor quedarnos donde estamos y hacer esto bien o ampliar a nuevos temas. Al final, unas tareas llaman a otras. Así, conseguimos que un paciente salga de la drogadicción pero luego no encuentra trabajo, y más en una época como la actual. Por eso, ahora estamos intentando poner en marcha talleres ocupacionales y cerrar colaboraciones con empresas para que puedan trabajar en ellas e incluso cooperar con una asociación en Vigo que tiene huertos para que ellos puedan cultivar aunque solo sea para el autoconsumo.

–¿Notan la crisis?

–Se nota en que vienen personas con patologías que consumían sin repercusión aparente pero que, al bajar su nivel adquisitivo y no poder comprar la sustancia, deben buscar ayuda para salir del consumo.

–¿Se puede definir un perfil de persona con problemas de drogadicción?

–Hoy en día puede tener este problema cualquier persona, de cualquier edad y clase social. Pero es fundamental la prevención. Nosotros ahora tenemos un programa en áreas de ocio nocturno y vamos con una furgoneta a las zonas de botellón para dar información.