El balance publicado el lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que sitúa el volumen de viajeros de 2011 como el más bajo de los últimos seis años, no ha sorprendido al sector turístico de la ciudad. El pesimismo reina en los hoteles y restaurantes vigueses, que han visto mermados sus ingresos un 20% al cierre del pasado ejercicio debido al desplome de las visitas (304.302, 16.700 menos que en 2010). El presidente de la Asociación de Hoteles de Vigo (Ahosvi), y desde hoy también de la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Pontevedra (Asehospo), César Sánchez-Ballesteros, atribuye el descenso de visitantes a varios factores, aunque todos ellos tienen la crisis como telón de fondo. El principal: la caída de los viajes de negocios a consecuencia de la situación de sectores industriales como el naval o de la construcción. "El cliente de empresa representa entre el 60 y el 70% de nuestro negocio", explica.

El portavoz de la patronal hotelera considera que el segundo semestre del año ha sido "el más duro". "Estamos esperando que la ciudad funcione, pero los hoteles poco podemos hacer para que vuelva a tener empuje industrial", comenta Ballesteros, que recuerda que los precios de los alojamientos ya han descendido más de un 15%.

Pero la complicada coyuntura que atraviesan algunos sectores empresariales vigueses no es el único problema para los hoteles. Hay otros añadidos, como las infraestructuras. "Es mucho más atractivo y barato hacer un congreso en Sevilla, que tiene AVE, que en Vigo. Venir aquí sale mucho más caro. Por el coste de un vuelo Barajas-Peinador casi puedes ir a Nueva York, y así no somos competitivos. Es un handicap", lamenta el presidente de Ahosvi, que no solo hace referencia a la alta velocidad y al aeropuerto, sino también a la autopista del mar.

El turismo vacacional, aunque no representa el grueso del negocio de los hoteles de la ciudad, también ha experimentado un descenso, eso sí, de menor envergadura. Ballesteros apuesta por promocionar viajes de proximidad (a menos de tres horas en coche) porque "a corto plazo se pueden obtener buenos resultados". Para ello considera que las administraciones y el propio sector deben "estar mejor organizados" internamente, y al mismo tiempo incrementar la "interrelación" entre ambos ámbitos, el público y el privado, para impulsar promociones conjuntas. "Los recursos disponibles deben enfocarse en una sola dirección", resume Ballesteros. "Hace falta hacer mucha más promoción", insiste.

Más pesimista se muestra el presidente de la Federación Provincial de Hostelería. José Magaz coincide con Ballesteros en que "Vigo es una ciudad industrial y vive de la empresa", pero discrepa de los datos del INE, que muestran una caída del 5% anual en el número de visitantes en el área viguesa. "En la restauración la bajada es del 30 o el 40%. Los restaurantes están vacíos", asegura.

El comercio es otro de los sectores que se ven seriamente afectados por la disminución de viajeros. Tanto la Federación de Comercio de Vigo (Fecovi) como la asociación que aglutina a los comerciantes del entorno de Príncipe aluden a la promoción como vía para paliar o disminuir los efectos de la crisis en el turismo vigués. "Tenemos una ría espectacular, única, y un clima fabuloso casi todo el año. Creo que Vigo tiene que buscar fórmulas de promoción", indica la presidenta de Fecovi, Encarna Álvarez. Por su parte, Enrique Núñez, gerente de Centro Príncipe, lo tiene muy claro: el turismo especializado debe ser la apuesta de la ciudad. "Entre todos tenemos que potenciarlo –congresos y servicios–; el sector debe unirse", concluye.