De toda la fauna que habita en Cíes, Ons y Sálvora, el cormorán moñudo cristado (phalacrocorax aristotelis) ostenta la triste condición de ser la especie más "vulnerable". Bajo esta consideración figura en el Catálogo Gallego de Especies Amenazadas, y de hecho, su elevado riesgo de extinción fue una de las razones que motivaron la declaración de las Cíes como Parque Natural. Para la Sociedad Gallega de Ornitología (SGO) y la de Historia Natural (SGHN), la situación del "corvo mariño", lejos de mejorar desde que las islas se rigen por los criterios de un Parque Nacional, "sigue igual o peor". Sus pronósticos son muy pesimistas. En una alegación al Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) del Parque Nacional elaborado por la Consellería de Medio Rural, los expertos gallegos avisan que de persistir los "factores de amenaza actuales" –depredación por parte de especies invasoras como el visón americano, pero sobre todo, la actividad pesquera profesional–, la ya reducida colonia de cormorán moñudo desaparecerá "en un escaso plazo de tiempo" que sitúan en torno a 15 o 20 años.

"Lo que pedimos es que, como mínimo, no se reduzca la zona de reserva fijada en el PRUG", matiza Sergio París, secretario del colectivo de ornitólogos gallegos. La reacción de ambos colectivos se produce ante las "preocupantes" declaraciones del conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, quien afirmó, presionado por las cofradías, su disposición a negociar las áreas donde ese plan prohibirá pescar. Aún abierto a las consultas de los sectores, las zonas de reservas vetadas a la pesca establecidas en el PRUG solo abarca un 2,7% del perímetro marítimo de los archipiélagos, "un porcentaje mínimo del Parque Nacional y muy inferior a la superficie realmente empleada por los cormoranes moñudos", agregan las asociaciones en su alegación.

Argumentan que esas zonas de alimentación están reconocidas así en el "Plan de Conservación del Cormorán Moñudo en el Parque Nacional Illas Atlánticas" que define, basándose en investigaciones científicas, "la problemática derivada del empleo indiscriminado de trasmallos [una modalidad de aparejo de uso muy extendido por la flota de bajura gallega] en las aguas del Parque Nacional". Y recuerdan que se trata de un documento oficial "cofinanciado y aprobado por la propia Administración autonómica". Pese a ello, añaden, las conclusiones científicas "fueron ignoradas en la elaboración del Plan Rector, llegando incluso a cuestionar la necesidad de dichas zonas de reserva".

Por estas razones y asumiendo que las medidas de regulación definidas en el PRUG "son ya insuficientes", los expertos advierten a Medio Rural que "de ninguna manera debería aceptarse una reducción o aplazamiento de su aplicación", en referencia a dicho plan de conservación del cormorán. Porque de no adoptar con urgencia medidas de protección, la principal colonia europea de cormorán moñudo desaparecerá. Su progresiva reducción parece indicar esa tendencia: hace diez años se contabilizaban más de 2.000 parejas –representando el 70% de la población de esta especie y convirtiéndose a su vez en el "principal núcleo reproductor a escala mundial"– y en la actualidad apenas alcanza el millar.

En esta preocupante mortandad influyó la contaminación del Prestige y la llegada de los voraces visones americanos a las islas. Pero el verdadero verdugo del cormorán son los trasmallos –"cada vez en mayor número debido al incremento del tamaño de la flota de bajura", agregan los ornitólogos)– y su principal habilidad, el buceo, constituye también su condena. No saben otra forma de alimentarse que "cazando" peces en inmersiones rápidas en las mismas zonas donde los marineros lanzan las redes. Y a la vista de las advertencias de los expertos, esa natural forma de sobrevivir ralla en la actualidad el suicidio.