El joven vigués que se cayó de forma accidental al mar la madrugada del domingo en As Avenidas, donde hacía botellón con sus amigos, permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Xeral en estado "muy grave". Hasta allí se desplazaron sus familiares y amigos para visitarlo durante la media hora diaria que permite el hospital (un cuarto de hora por la mañana y otro por la tarde).

Dos amigas que estaban con el joven la madrugada del trágico accidente recuerdan lo sucedido. "Se alejó del grupo él solo para orinar, hacia la escultura del pulpo, como ya había hecho cuatro o cinco veces antes. Entonces escuchamos el ruido de caer algo al agua y fuimos hacia allí, y ya lo vimos en el mar", relata una de las jóvenes, entre lágrimas.

Ambas niegan tajantemente que el joven pudiese estar en el agua un tiempo de media hora, puesto que defienden que el vigilante del Club Náutico actuó muy rápido. "Lo vio caer y lo retiró del mar enseguida, en uno o dos minutos", afirman las jóvenes, que, junto a otro chico, acompañaban en el botellón a I.A.S., vecino de Vigo y de 21 años de edad. "Debió de caer de plancha", sospechan las testigos, quienes admiten que el joven había ingerido alcohol y no había cenado.

Coinciden en que los sanitarios del 061 llegaron en una ambulancia medicalizada y estuvieron reanimando al joven unos 30 minutos. La reanimación "fue muy complicada" y se realizó en un pantalán flotante, donde el vigilante intentaba que el herido continuase con vida, según narran otros testigos del rescate. Cuando llegó el 061 sobre las cinco y media de la madrugada (la ambulancia estaba en el Nicolás Peña y tardó menos de 7 minutos), I.A.S. estaba en parada cardiorrespiratoria con síntomas de ahogamiento e hipotermia.

Tras media hora de reanimación y después de administrarle medicación por vía intravenosa, recuperó el pulso, aunque sin recobrar en ningún momento la consciencia.

Acto seguido, los sanitarios lo trasladaron al servicio de Urgencias del hospital de la calle Pizarro. "A nosotras no nos dejaron subir a la ambulancia –al ser medicalizada– y llegamos caminando al Xeral en veinte minutos", comentan las amigas del joven.

Los testigos preguntados por este periódico coinciden en que el chico no presentaba golpes en su cuerpo debido a la caída al mar que sufrió junto al monumento en homenaje a Julio Verne. "El guardia de seguridad decía que tenía pinta de estar mareado cuando lo vio", sostienen fuentes sanitarias, quienes consideran que "si no lo viese el vigilante, no habría nada que hacer".

Los médicos de la UCI del Hospital Xeral realizarán hoy unas pruebas a I.A.S. y decidirán si cambiarle el tratamiento. Ayer a última hora de la tarde, el pronóstico seguía siendo muy grave.