La medida estrella del anterior gobierno para mejorar la movilidad del Casco Vello, la implantación de una circular de microbús eléctrico, ha durado menos de tres meses, el primero de ellos de uso gratuito. El Concello ha cancelado el servicio, utilizado por solo 25 personas al día, según los informes del departamento de Tráfico. El vehículo es municipal y la puesta en marcha del sistema, entre la compra, la contratación de una asistencia técnica y los sueldos de los dos chóferes, superó el medio millón de euros. El edil Carlos López Font asegura que "se destinará a otros usos, aún por definir". La línea fue una iniciativa del BNG dentro de sus actuaciones para revitalizar el barrio el mandato pasado, pero el PP ha cargado contra el alcalde, al que acusa de "aparcar 500.000 euros en un garaje", y le achaca "otro fracaso y un nuevo despilfarro".

La demanda se ha revelado mínima y la tarifa es la misma que la del resto del transporte público, con lo que la recaudación apenas llegaba a 30 euros diarios y la línea era "absolutamente insostenible", reconoció ayer López Font. El vehículo, con capacidad para 22 pasajeros, funcionaba nueve horas y media al día e iba en muchas de sus frecuencias prácticamente vacío._Ahora permanece estacionado en las cocheras de Vitrasa. "El itinerario no ha sido el acertado y el nivel de ocupación era muy bajo. Dos meses son suficientes para comprobar que no existe demanda", explicó Font al justificar la retirada del microbús.

El Concello tendrá que buscarle ahora una nueva función al vehículo y baraja las primeras alternativas. Entre las posibilidades está "ponerlo a disposición de ONGs o asociaciones culturales", ejemplifica Font. Otra opción en estudio es su uso por parte de "empleados municipales para ahorrar costes en movilidad", ya que el bus no consume combustible. Su autonomía, sin embargo, es limitada, ya que hay que recargarlo cada 120 kilómetros, lo que restringe su utilización en recorridos largos.

"Tampoco descartamos el plano turístico", añade Font, quien garantiza que "el microbús no se quedará en el garaje". El departamento elaborará un estudio para decidir a qué fines lo dedica. Entretanto permanecerá en las instalaciones de Vitrasa en San Andrés de Comesaña.

El PP arremetió contra el alcalde por el fiasco. "Fue un proyecto improvisado, con una inversión sin un estudio previo, electoralista y en la línea de gestión de Caballero", denunció el grupo municipal, para agregar que "el gasto desmesurado, sin sentido, sin control, el gastar por gastar y en algunos casos en contra de la opinión de los especialistas, tiene estas consecuencias".

"La guinda del fracaso"

Los populares consideran la cancelación del servicio en el barrio histórico como "la guinda del fracaso de Caballero en el transporte público". Citan que en el último ejercicio "el transporte público de Vigo ha perdido un millón de pasajeros", y afirman que el alcalde "mintió cuando dijo que el Vitrasa llegaría a las parroquias de Vigo con una frecuencia de 15 minutos". El principal grupo de la oposición le exige que explique "qué va a hacer con el bus después de cargarse la circular", y sostiene que los vecinos del Casco Vello "continúan siendo ignorados y abandonados por el gobierno municipal, que aún no ha encontrado una solución al grave problema de aparcamiento de los residentes".